viernes, 5 de agosto de 2011

“La estrategia que articulo el ramillete derechista”




“La estrategia que articulo el ramillete derechista”


“…Esta tiene que ser una actitud sin prejuicios. Nosotros no debemos partir del hecho de que el país está destruido y de que no hay esperanzas de recuperarlo. No debemos caer en el catastrofismo. Debemos tener fe que en Chile este proceso puede llegar a buen término, si acaso nosotros no contribuimos a destruir el país por amargura, temor o resentimiento. Por eso hemos condenado los actos de terrorismo político.
Creo que SI HAY UNA POSIBILIDAD, no tenemos derecho a cerrarla. Todo lo contrario....". "...tenemos la obligación de buscar, de POSIBILITAR, POR tODOS LOS MEDIOS UNA SOLUCIÓN, menos mala que la catástrofe, el derrumbe y la destrucción de Chile."

Sergio Onofre Jarpa, libro "Creo en Chile". Sociedad Impresora Chile l.lila. Santiago 1973
"La Revolución Marxista"; Informe a los ni'Xiinismos directivos del PN. Septiembre-Octubre de 1970.
Páginas ¡«•I v siguientes.I NOTA: las mayúsculas no corresponden al original. El párrafo anterior i'iii'iilíi al final de la página 109).


El mensaje anterior fue escuchado atentamente por los dirigentes partido Nacional que habían sido llamados, con urgencia, a en Santiago. Eran las últimas semanas de Octubre de 1970. En esos días y semanas estaban sucediendo y tomando forma muchos e importantes acontecimientos. No sería exagerado afirmar que se que se estaba decidiendo el futuro de otros que se desarrollarían en los años inmediatamente venideros. Las mismas palabras de Sergio Onofre Jarpa, reproducidas en el encabezamiento, expresadas en esos instantes, estaban destinadas a marcar un hito significativo en la vida política de la derecha de aquellos días y de sus pasos en el futuro inmediato. Con aquél informe, se pretendía cerrar un capítulo y empezar otro nuevo. Se estaban viviendo momentos cruciales, y en lo que a actividades de la misma derecha respecta, al fracaso y la derrota sufrida en la elección pasada, se sumaba ahora un segundo fracaso, que tuvo su desenlace con el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército Rene Schneider por parte de un comando terrorista incubado en las mismas filas de la derecha y centro derecha chilena de entonces. Se enfatiza lo de derecha, habida cuenta la participación comprobada de grupos derechistas en la Democracia Cristiana. Con ello, estrepitosamente se echaba por tierra toda una conspiración preparadas desde hacía meses con el objeto de evitar que Allende asumiera la presidencia. Los hilos conspirativos provenían desde la propia embajada norteamericana, en consonancia con algunos políticos del Partido Nacional, otros de la Democracia Cristiana, pasando por el mismo Palacio de Gobierno en La Moneda. Es decir, con el mismo Freí, sus ministros de interior, de hacienda y de defensa, incluyendo a generales en servicio y con mando de tropas. Con todo, y a pesar de esos influyentes apoyos y la participación de eruditos en las artes de preparar conspiraciones, el plan fracasó. Precisamente en los momentos cuando ya el fracaso resultaba evidente e irreversible y todo indicaba que Allende sería investido presidente, empezó a intensificarse en las huestes derechistas la desesperación, el desaliento y la confusión sin faltar el miedo. El grupito integrante de la clase dominante chilena siempre ha tenido miedo a que el pueblo se decida a pasarle la cuenta. Tal estado de ánimo venía desde antes y tuvo un hito especial cuando el cuatro de septiembre se supo que Allende había sacado más votos que el candidato derechista, Alessandri.

Ahora y en esos precisos momentos a finales de octubre aparece Jarpa, cuando la des-esperanza cundía muy rápido en el seno de la clase patronal chilena, dejando caer su estrategia para "no cerrar, sino que (exactamente al revés), posibilitar una solución". Había que combatir el "catastrofismo" y evitar la falta de perspectiva, la confusión y el desbande. La fórmula para ello consistía en presentar un camino, que posibilitaría una solución menos mala que la catástrofe... tal y como Jarpa literalmente lo dice.

Onofre le exigía a sus "pupilos", militantes, amigos y ayudistas del Partido Nacional que deberían estar dispuestos a "asumir una actitud sin prejuicios". Vale decir, se trataba poco menos que empezar de nuevo y estar dispuestos, si las circunstancias lo exigían, a desprenderse de concepciones preconcebidas sobre cómo tenían o no debían de hacerse las cosas. Haciendo referencia especial a los errores cometidos en la campaña presidencial, su perspectiva política, no obstante, fue el futuro, afirmando con resolución:
"... podríamos señalar errores, y podría seguramente más de alguien decir de que si se hubiera hecho esto o aquello en forma distinta, tal vez el resultado habría sido otro. Pero no estamos aquí reunidos para llorar sobre la leche derramada. Estamos aquí para afrontar la realidad. Y la
realidad es que Chile como otras naciones del continente, inicia un proceso revolucionario."
(NOTA: Los remarcados no están en el texto original).
Con ello impulsaba una simple pero muy importante "vuelta de la hoja". Había llegado el momento de colocar punto final y simultáneamente proponer un basta de lamentos y recriminaciones. Ni eran momentos para "... llorar sobre la leche derramada". Se trataba de inaugurar la puesta en práctica de una nueva estrategia. Nueva no sólo por cuanto era otro intento después de los fracasos anteriores, sino que nueva también por su contenido, por sus características y aspectos que la distinguían notoriamente con lo que había hecho antes. Había que enfrentar una situación nueva, i lila, especial y en función de ello había que diseñar la actuación considerando lo que había de nuevo.

AI respecto y para empezar, Sergio Onofre estimó que había que hacer una nueva distribución en los "roles" que los actores desempeñarían en el futuro escenario. Vale decir, el rol que en esa nueva estrategia se le asignaba al Partido Nacional sería un papel Distinto en varios aspectos. Más aún, el accionar de los civiles en general sería muy preciso y tendría límites muy notorios. Tan notoriamente distinto que era fundamental dejarlo establecido temprano. A ello se "sumaba" el rol asignado a los no civiles, es decir los que visten uniformes. Estos tendrían su propio libreto; incluso estaban definidas también las circunstancias previas que deberían darse para que entraran al escenario. Los no civiles entonces tenían en el plan Jarpa un tratamiento especial, acotado y muy Al igual que los civiles, el informe enfatizaba ciertos aspectos con el objetivo expreso certeza y convicción en las mentes y corazones de los dirigentes que escucharon: "hay una posibilidad", no todo está perdido. En momentos de derrotas, cuando se produce el desbande, la confusión y la desmoralización, el grito /arpista proclamando ¡ojo, no todo está perdido, aún existe una posibilidad!, llegó acompañado de otras advertencias que contribuyeron a visualizar mejor el grito de esperanza que tanto deseaba escuchar la derecha chilena en aquella primavera de 1970. Había que decirlo de distintas formas para que el contenido del mensaje llegara. Si la posibilidad existe, ¡no hay que cerrarla! Esto, que parecía obvio, había que subrayarlo y convertirlo en un mandato imperativo destinado a afectar y a influir en la conducta práctica y política inmediata de los dirigentes nacionales de entonces. Así, ¡no cerrar la posibilidad existente!, significaba no caer en el derrotismo. Significaba actuar disciplinada y organizadamente, bajo la dirección del Partido Nacional. Significaba incorporarse a un plan político, para trabajar positivamente en pos de la única posibilidad, existente. Y sobre todo, significaba disponerse a trabajar pero haciéndolo no de cualquier manera. O a lo menos, no haciéndolo como se había hecho hasta entonces. Había que disponerse a poner manos a la obra, tomando los resguardos para "no cerrar la única posibilidad".

El timonel derechista no se limitó a predicar lo expuesto anterior. Entregó orientaciones precisas para que esta nueva etapa se tradujera en actividad práctica concreta. En el futuro inmediato y concluida la reunión en Santiago, lo que hiciera cada militante del partido debía ser colocado en la perspectiva de un movimiento en defensa de la libertad y la nacionalidad; todo ello daría como resultado un tipo de solución que al final se impondrá:

"...cada nacional tiene que hacer respetar sus ideas, sus posiciones, que no van a ser de amargura ni de revanchismo; van a ser de defensa de la nacionalidad y de la libertad. Si estamos todos juntos, si hacemos un llamado a la gente que votó por don Jorge Alessandri y la invitamos generosamente a unirse en una gran movimiento para defender la nacionalidad y la libertad; si no arriamos nuestras banderas; si no nos humillamos ante los vencedores; si nos mantenemos de pie en defensa de Chile, yo estoy cierto que en definitiva una posición auténticamente chilena se impondrá y podremos superar la crisis actual, encausando la revolución que está a las puertas hacia objetivos nacionales v constructivos".
(NOTA: Los subrayados no corresponden al original).

Para Jarpa entonces, la libertad y la nacionalidad estaban amenazadas y corrían riesgos de extinguirse. Según el líder de la derecha, había que organizarse para la defensa de esos dos valores. La agenda del futuro inmediato sería engrosada con tales palabritas mágicas que ahora deberían ser incorporadas. Ellos y especialmente los nacionales, serían los encargados de salir en su defensa y lo harían haciendo respetar sus ideas y posiciones, unidos en un gran movimiento. No había que arriar las banderas, tampoco había que humillarse, por sobre todo había que mantenerse en pie. El resultado de todo sería el que al final se impondrá una solución auténticamente chilena. Aquí en este tema, conviene hacer algunas precisiones con el objeto de develar las verdaderas intenciones del Jarpismo.

En la política de aquellos días, tal y como en la de estos días, algunos discursos, para que sean realmente comprendidos en sus verdaderos significados, hay que leerlos dos veces. El informe Jarpa es uno de esos documentos que exigen dos lecturas. La primera lectura, es para inteligir lo que derechamente se dice, y se dice sin rodeos. La otra lectura es para entender lo que no se dice pero que subyace en el contenido de todas formas. Este método es el favorito utilizado por el grupito gobernante chileno, compartido por El Mercurio y la aristocracia chilena. Desde luego, se puede leer una sola vez haciendo las dos lecturas al mismo tiempo; por ésa vía se gana velocidad. Pero cuando ganar velocidad no es lo más radical, el segundo método es el recomendable. Jarpa estaba consciente de estas indispensables dobles lecturas que su informe exigía a "los directivos del Partido Nacional" en octubre de 1970, especialmente en lo relacionado a determinados temas que debían ser tocados con pinzas en aquellos momentos de la primavera de 1970. El dijo cosas, Como las reproducidas en las citas anteriores; al mismo tiempo sabía Que estaba diciendo otras sin mencionarlas. El manejo prudente del lenguaje, así como el uso y abuso en artes de la manipulación, son antiguos.
El tal Jarpa era un cazurro. Su juego bastante simple. Podría resumirse sencillamente en estos términos:

Si en Chile están amenazadas la libertad y la Racionalidad, como él lo anunció y predicó tempranamente, entonces, y esto es de importancia fundamental, "todo el lloriqueo y la alharaca" subsiguiente tendrían un destinatario final con domicilio concreto y por lo demás bastante conocido. Ello, el domicilio del destinatario, sería de fácil identificación, desde el momento que tales cuestiones relativas a la libertad y la nacionalidad tienen guardianes, muy conocidos y muy concretos y resultan bastante costosos al bolsillo de todos los contribuyentes. Material y financieramente hablando, se gastan " varios miles de millones de pesos todos los años en el sustento ;. y mantenimiento de tales guardianes. El oficio de estos guardianes, con domicilio conocido, se viene practicando en Chile nada más y nada menos que desde 1810 en adelante. De tal manera entones, que lo que estaba haciendo Sergio Onofre, en última instancia, fue dedicarse a tocar una de las cuerdas más sensibles que cultivan muy empecinadamente esos guardianes.
Pero en su discurso, un llamado abierto y explícito a ésos guardianes no aparece por ninguna parte de manera directa y en voz alta en la primera lectura. Sin embargo, hecha la segunda lectura pá callao, los nacionales de entonces que escucharon a su jefe no tuvieron que hacer mucho esfuerzo para deducir quienes eran los que tenían que defender en última instancia la nacionalidad y la libertad. El nombre y apellido de los famosos guardianes, lo sabía todo el mundo.
El mismo descubrimiento, evidentemente hicieron los funcionarios en la embajada norteamericana. Lo propio hicieron otros "observadores atentos del acontecer nacional", como El Mercurio llama en sus editoriales a la aristocracia, sin descartar que los funcionarios de la embajada fueran los verdaderos mentores de la idea anterior.
En todo caso y a juzgar por el resultado de los acontecimientos posteriores, todo indica que los únicos que no hicieron las dos lecturas en el Chile de aquellos días, por desgracia, fueron los representantes del pueblo.
El mensaje "jarpista" había dejado caer otro rasgo y característica que en el futuro tendría el trabajo que desplegarían los nacionales; debería ser realizado en todos los terrenos posibles y debería ser puesto en práctica usando "todos los medios", sin descartar ninguno recurso, método, ni forma de lucha. Esto último no era un planteamiento meramente retórico destinado a inculcar espíritu de lucha en las huestes derechistas en octubre del 70, tratando de que no escatimaran esfuerzos. El significado práctico del llamado a hacer uso de todos los medios se pudo ver con el correr de los meses posteriores a medida que el plan se iba implementando en el terreno. Y efectiva y literalmente usaron todos los medios de combate "habidos y por haber". El despliegue de ingenio puesto al servicio de la orquestación de infinidad de medios fue simplemente imponente: se cumplió aquí toda la gama del maquiavelismo, tan caro también a los jesuitas. El fin justifica los medios. Todos los medios ideológicos y materiales fueron empleados por la clase rectora y el imperialismo contra el pueblo de Chile

Es bueno dejar establecido, además, que cuando se habló de usar todos los medios, Sergio Onofre no estaba predicando que ellos mismos se organizarían para poner en práctica, en los hechos, de todos los medios, e inmediatamente los mismos nacionales se dedicarían a colocar bombitas, asesinar a dirigentes populares, diseminar miguelitos o cosas por el estilo. No; la prédica sobre el uso de todos los medios estaba destinada a dejar establecido que en el futuro ellos como nacionales no condenarían ni tomarían ni tomarían distancia de los que practicaran la política usando todos los medios i formas de lucha. La diferenciación anterior era muy cómoda Mira los nacionales y políticamente bastante intrépida por cuanto, el avalar la práctica del uso de todos los medios, no los obligaba a su aplicación. Pero lo que era más importante aún, tampoco los obligaba a la condena si otros que no fueran los nacionales se dedicaban a su práctica. Con ésa postura el partido nacional luna en condiciones y se permitiría cosechar políticamente enaltados de la aplicación de tal política sin practicarla. Para ni tales efectos, inmediatamente y por esos mismos días, pusieron manos a la obra y rápidamente clonaron un movimiento pusieron un nombre apropiado. Ahí nació Patria y Libertad, destinado a ser ese escuadrón para-militar del futuro: los encargados de los trabajos sucios, los peones de asalto. Los " los de tender el círculo de hierro, o si se prefiere, el cinturón de seguridad destinado a proteger y cubrir las manifestaciones de masas en el futuro organizaría la derecha, entre otros trabajos. ¿Cuales eran los otros componentes del plan denominado por Jarpa como el de "la única posibilidad existente"? Había otro de importancia y alcance significativo y constaba de una frase del encabezamiento principal de este texto y que bien podía decirse se que revestía una significación estratégica muy vital: determinar y delimitar rigurosamente el tipo de aporte y el rol que le correspondiera jugar al Partido Nacional del que Jarpa era su Presidente Se establecía, y sin dejar lugar a dudas, lo que los Nacionales deberían hacer y al mismo tiempo lo que no deberían hacer en el futuro. Según Jarpa, el rol de los nacionales, sería el de "posibilitar por todos los medios una solución". Con este planteamiento el "jarpismo" quería hacer un claro e inequívoco "rayado de la cancha ", de forma que quedara visiblemente establecido los límites que tendrían el trabajo práctico de sus militantes. Tales límites había que entenderlos claramente y entenderlos muy bien. Si bien era importante vislumbrar la existencia de una posibilidad en un momento en que se habían cerrados otras, era igualmente importante no cerrar esta nueva y para ello había que evitar errores y malos entendidos ideológicos y prácticos que entorpecerían el plan. Se le estaba pidiendo a los nacionales "posibilitar" una solución.

No se les estaba pidiendo realizarla ni consumarla. Aquí no se trataba de un juego de palabras, conjugando distintos verbos. Para la derecha chilena, según su dirigente máximo que estaba entregando la línea a seguir, la conjugación del verbo posibilitar exigía asumir conductas políticas acordes, funcionales y coherentes con el hecho de ayudar a crear las condiciones para una solución. Se trataba de favorecer conductas y acciones políticas que condujeran a la solución. Jarpa no estaba pidiendo, y en realidad nunca pidió, que los nacionales mismos dieran la solución, la consumaran o la realizaran. Estas sutilezas eran fundamentales. Esto puede resultar algo extraña al lector y actor o pingüino de hoy. La extrañeza es explicable debido a la existencia de una desfiguración reiterada de la historia contada en cuanto a la actividad que los golpistas se habían propuesto, asignado o ideado en su estrategia. Uno de los objetivos de este mismo trabajo consiste precisamente en restablecer el rol de los protagonistas, aguardando que con los antecedentes que se aportan e interpretan, tal restablecimiento resulte exitoso. No es que se trate hoy de blanquear el jarpismo. Se trata de restituirlo y ubicarlo en el lugar fundamental que ocupó. Ni más allá ni más acá. Esto es importante por cuanto dice relación con la identificación y graduación de las tareas que distintos actores desarrollaron en una escala de mayor a menor, de importantes a secundarios. En la derecha golpista de aquellos años, si bien eran muchos y muy variados los personajes y organizaciones que empujaron el golpismo, no todos empujaron de la misma manera, ni con la misma fuerza, ni al mismo tiempo. Había un equipo y tal equipo golpista no sólo tenía que respetar cierto rayado de la cancha que los planteles de especialistas en golpismo y conspiraciones habían hecho minuciosamente. También se le habían asignado actividades bien determinadas a los componentes del equipo. Cada uno de ellos era responsable de realizar funciones muy particulares, a las que se dedicaron disciplinadamente.

Al respecto, la izquierda de aquella época se equivocó mucho. Las equivocaciones en temas que tenían que ver con la apreciación de las fuerzas colocadas en la otra trinchera se han pagado bastante caras. En especial, es digno de mencionar las equivocaciones respecto u determinar y precisar en detalle los tipos diversos y variados de una gama amplia de actores que tenían distintos papeles, que además usaron caracterizaciones muy floridas algunas veces y muy opacas otras. Tales equivocaciones tuvieron consecuencias desgraciadas y resultaron fatales. De lo que se trata es esclarecer hoy y hasta donde sea posible las oscuridades en el análisis que en aquella época se hicieron y se mal.
Retomado el tema. Se trataba, en consecuencia, de que cuando Jarpa emite su informe a los dirigentes del partido nacional, establece una diferenciación muy fundamental y al mismo tiempo muy simple pero delicada y en verdad con aristas de elegancia; algo notable. El asunto tenía que ver con estimular, avivar, propiciar, la solución. Es se trataba de "avivar la cueca". Como quien dice, "echarle leña fuego" o de "darle luz al gas". Si se prefiere: se trataba de que los nacionales y por extensión toda la derecha se dedicaran nada mas que a ''calentar el agua". No procediendo más allá ni quedándose más acá. Otros serían los encargados de "tomarse el mate,... o el poder " en este caso.
El mensaje hasta aquí, en consecuencia, tenía rasgos que eran claros aunque esa claridad también incluyera claroscuros como los señalados en relación a los receptores finales del mensaje: a los que en última instancia "aseguraban" la libertad y la democracia que corrían peligro de muerte. A pesar de todos los fracasos anteriores, Había una posibilidad. Esa no había que cerrarla. Todo no estaba perdido. Había que inventar un movimiento en defensa de la libertad y la nacionalidad: se trataba de encender la luz de alarma, para que los encargados de la defensa de tales valores libertarios y patrióticos pudieran entrar en acción. Se entiende que los destinatarios de tal mensaje no eran los boys-scout ni menos banditas de guerra escolares. Se perseguía que en la realización de la defensa de libertad y se usaran todos los medios habidos y por inventar y en todos los planos de actividades, no descartando ninguno. Se trataba para los nacionales de posibilitar la solución. No se les exigía que la ejecutaran ni que la consumaran; se les pedía que ayudaran a generarla. Una distinción fundamental a tener en mente. Con posterioridad, el correr de los meses y los acontecimientos mismos se encargaron de demostrar la importancia política del uso adecuado del lenguaje derechista.
Todo lo anterior, sin embargo, no era cuanto dijo Jarpa en su informe a los organismos directivos del partido Nacional en octubre de 1970. Entregó otras luces sobre el tipo y características muy particulares de la solución que ofrecía. Y para que se comprendieran mejor los detalles de la solución, estimó indispensable hacer una contextualización política-sociológica, un esfuerzo por encuadrar en su marco histórico el desarrollo de los acontecimientos chilenos. Así, entrando directamente "en materia", señaló el inminente acuerdo que se produciría entre la Unidad Popular y la Democracia Cristiana, cristalizado en lo que se denominó como el "pacto de garantías constitucionales". Ese pacto, permitiría la ratificación de Allende por el Congreso Nacional el día 24 de octubre. Sin embargo, Jarpa miró más allá, más adelante, hacia el futuro y junto con establecer lo que según él eran las limitaciones y debilidades del acuerdo, se permitió plantear los verdaderos términos del problema existente en aquellos momentos. Extrajo ciertas conclusiones, que daban más luces sobre su estrategia. Así, recalcó:
"...En Chile ha hecho crisis el sistema político. Cualquiera que sea la manera como se distribuyan las fuerzas partidistas, en el congreso nacional o la interpretación que se quiera dar al reciente resultado electoral, es indiscutible que se inicia en el país un proceso revolucionario. Dicho proceso NO PUEDE SER CONTENIDO por acuerdos de directiva de partido políticos .Todo equilibrio que se base en esos acuerdos carece de eficacia, porque LA DINÁMICA; REVOLUCIONARIA SERÁ MAS DETERMINANTE que los propósitos de aquellas directivas”.
(Nota; los remarcados y las mayúsculas no están en el texto del libro. El texto anterior se encuentra en las páginas 113-114)
Es decir, un proceso revolucionario como el que se estaba iniciando en ése momento en Chile, "...NO puede ser contenido por acuerdos de directivas de partidos políticos".

Una afirmación tajante y contundente. Una afirmación no para conversarla o discutirla sino para asumirla, aceptarla y acatarla. Una orientación. Con ella no se pretendía desconocer el acuerdo en marcha entre las directivas de la DC y la UP, sencillamente se advertía que el asunto era otro. Había de por medio algo más importante y fundamental que cualquier acuerdo parlamentario. Para Jarpa, el asunto verdaderamente importante era contener el proceso Revolucionario que se iniciaba.

Este era asunto de mucha importancia y de relevancia estratégica para ciertos sectores derechistas que en esos momentos empezaron u ser liderados por Jarpa. En el Chile de entonces, asumiría la Presidencia de la república un nuevo presidente, quien tenía además dará e inequívoca vocación de izquierda. Pero no sólo ésa era la preocupación de la dirección del Partido Nacional, detrás de ése hecho se escondía algo más profundo, más serio; el nuevo gobierno era expresión de un proceso bastante más significativo y profundo: lo que estaba incubado en el interior de ése proceso era una crisis del sistema político con un proceso revolucionario en gestación. Ese era el problema de fondo que afectaba al sistema de dominación Chileno.. Ese era el problema de fondo a resolver. Para los estrategos derechistas de aquellos momentos se necesitaba aplicar "cirugía mayor".
Para ésa cirugía mayor se necesitaba un instrumental adecuado y en especial se requerían los conocimientos adecuados. Pero también que todo, los que manejarían ésos instrumentos deberían tener el diagnóstico adecuado: para la tarea de contención se requería eficacia Los partidos no la tenían, ni los acuerdos parlamentarios en marcha garantizaban tal eficacia. Los partidos carecían de ése instrumental y carecían de los conocimientos sobre la naturaleza del tipo de cirugía mayor que había que aplicar.
No esta demás un paréntesis para anotar que este aspecto del diagnostico Jarpista simplemente ha sido pasado por alto en la Histografia de estos 40 años. Un olvido casi casual, si no fuera por el hecho de que se trata una pieza ideológica clave en todo el discurso derechista, durante los tres años que duró el combate que se le hizo pueblo desde 1970 a 1973, con agudas implicancias posteriores puesto que en su momento tuvo que ver con la profundidad de la derrota. Y ello no fue un detalle. Esas implicancias aparecieron en los meses posteriores al golpe de estado, cobraron nuevamente vigencia y se desplegaron permanentemente durante todo el periodo dictatorial, cuando los ideólogos tanto civiles como

El Escándalo CAMELOT




El Escándalo CAMELOT


Introducción.

En párrafos precedentes se ha insistido en que distintos actores en la primavera de 1970, por el lado de la derecha, las FFA-AA y el mismo gobierno norteamericano al parecer, buscaron inspiración y orientación en los resultados de las investigaciones sociológicas que el Pentágono había realizado a finales de la década de los cincuenta y principio de los sesenta. Acá se intenta conectar la estrategia puesta en práctica para implementar el golpe, con los estudios y conclusiones mencionados.
Con la ayuda de tales resultados y conclusiones, el grupito de civiles, militares, religiosos, empresarios, profesionales, diplomáticos y aprendices de brujos, que en Chile históricamente han estado estrechamente ligados a intereses económicos extranjeros y principalmente a las empresas y gobiernos norteamericanos, se empeñaron durante septiembre-octubre del setenta en delinear lo que serían las líneas gruesas de una estrategia para derrocar al gobierno del doctor Salvador Allende.

Así, Sergio Onofre delineó la estrategia para POSIBILITAR' una solución. Paralelamente, los generales del alto mando anunciaban por boca de su Comandante en Jefe -en una estrategia consistente en "darle tiempo al tiempo"- que habían optado por apoyar la asunción de Allende a la presidencia, mientras paralelamente se dedicaban atentamente a observar y vigilar, muy de cerca, hasta donde el presidente se mantendría respetando la Constitución, cuestión que según Schneider era una de los deberes de los institutos que el dirigía. Sobre todo, la definición de la estrategia del gobierno norteamericano quién había optado temprana y simplemente por "PULVERIZAS A ESE HIJO DE PUTA DE ALLENDE", tal y como el mismo presidente de los EE.UU. lo expresó. De paso además, guardaban las debidas precauciones para que no se notara la mano del gobierno norteamericano, pues tal pulverización "debía ser realizada por instituciones y ciudadanos chilenos". Todo lo cual equivalía a "sacar las castañas con las manos de los gatos".

Así, mientras unos, con una mano preparaban la pulverización, con la otra, adiestraban a los gatos para que estos sacaran las castañas, ocultando la mano de EE.UU. Otros, instalados en el Alto Mando de las FF-AA, con un ojo le hacían guiños de aprobación a Allende y le daban "tiempo al tiempo" y con el otro ojo hacían méritos a su calidad de vigilantes, y observaban que la famosa Constitución no fuera violada. Los nacionales por su lado armaban su "propio mono" y se proponían dar forma a un movimiento para defender la libertad, la constitución y la nacionalidad que según ellos, muy pronto serían arrasada la primera, violada la segunda y traicionada la última. Con ésas transgresiones, que ellos gustosamente se encargarían de estimular y publicitar se abriría el camino para posibilitar la única solución que se afanaban propiciar y no ejecutar. Diferenciación esta última, especialmente importante y fundamental.

Eran todas definiciones que se producían paralelamente en el tiempo, más o menos entre septiembre y octubre de 1970. La pulverización y el adiestramiento de "los gatos" por parte de la Casa Blanca y el Pentágono. Los guiños que los generales le hacían a Allende combinado con la paciente actitud de espera y la reivindicación del rol como vigilantes y guardianes de la institucionalidad. Por último, los preparativos para la formación del movimiento que denunciaría el exterminio de la libertad y la nacionalidad. Eran las estrategias convergentes y complementarías, destinadas a acumular fuerza para dar un golpe de estado. Eso era lo que tenían en común las estrategias definidas en esas semanas.

Pero tenían ésas estrategias algo más en concordancia. Tenían un tronco común; eran estrategias inspiradas en las conclusiones de carácter militar que resultaron de los estudios sociológicos que el Pentágono había financiado a principios de la década de los sesenta. Es lo que se tratará de demostrar en las páginas siguientes

Con ése común denominador, en este ensayo se tratará hacer una reconstrucción de la historia haciendo un intento por clarificar el rol que jugó cada actor, de forma que aparezca lo más nítido y claramente delimitado que se pueda. Luego se intentara simultáneamente que aparezca además conjugado como un eslabón más de toda una cadena de hechos en un intento de encontrar no sólo las características de cada eslabón sino también de ver y vislumbrar la totalidad de la cadena. La visión de conjunto es tan importante como la visión parcial de la coyuntura.

Convienes repetirlo y dejarlo una vez más establecido; esto es intento, que apunta a hacer un aporte de forma que en el futuro, junto y a la espera de otros aportes, se pueda contar con un relato e
Interpretación de los hechos que sea entendible, claro y lo más riguroso que se pueda.

Por ahora se intentará, entonces, observar en detalle a lo menos la fuente de aquellas investigaciones sociológicas en la búsqueda de aportar pruebas de la presunción anterior y satisfacer las exigencias para una exposición más clara. Con las premisas anteriores en mente, se hará el prometido vistazo al contenido del llamado Plan Camelot.

1; Los militares y el Pentágono amplían el abanico de su arsenal, incorporando a la sociología, como arma.

Durante el año 1965 en Santiago fue destapado un escándalo conocido como el espionaje del proyecto CAMELOT. Alcanzó ribetes internacionales dado el origen del engendro, ya que había sido clonado por el Pentágono. El destape, en aquel entonces, revolvió el ambiente político interno aunque nunca llegó a tomar dimensiones espectaculares debido a que pronto el asunto dejó los titulares de la prensa para ser olvidado. Sin embargo, a pesar de la complicidad si generalizada para pasarlo al olvido, el escándalo quedó registrado está ahí a disposición de los que quieran seguirle la huella. Explotó el asunto con la denuncia de que estaba en plena marcha, durante el primer semestre de 1965 y desde varios años antes, un trabajo para escudriñar y hurguetear en las entrañas mismas de la sociedad. Se trataba de un proyecto de investigación sociológica destinada a averiguar y acumular conocimientos sobre un tema, nada de inocente.

Estaban midiendo y valorando el potencial revolucionaria que i había incubado al interior de la formación social chilena.
Querían tener una radiografía nítida sobre "la criatura revolucionaria que había en el vientre de la sociedad". Además de una variedad de temas subyacentes y vitales; como quien dice, "para Atender y conocer al enemigo". El enemigo en este caso era el pueblo, sus partidos, sus organizaciones sociales. Se trataba de conocerlo para destruirlo, para pulverizarlo, como se diría años después.

El tema no estaba elegido al boleo, para emplear esa vulgaridad puesta de moda por la Concertación y su mundo. Su elección no era casualidad; por aquellos años era de primera prioridad en la agenda de la guerra contra-insurgencia en que estaba embarcado el gobierno norteamericano en América Latina y en el llamado Tercer Mundo. La guerra en Vietnam estaba en pleno desarrollo y la invasión norteamericana además de estar utilizando y probando nuevas armas militares de destrucción masiva, también estaba ensayando nuevas métodos de combate, en donde las ciencias sociales y la sociología en particular estaba siendo objeto de aplicación a objetivos militares en combate.
En América Latina, se había consolidado la revolución cubana, después de reiterados fracasos militares que el gobierno norteamericano había propiciado para eliminar a la dirección revolucionaria que se había instalado en la isla caribeña. El ejemplo revolucionario cubano era mirado en el continente con simpatía por el resto de la izquierda latinoamericana, no tradicionalmente comunista. En Europa y en los propios Estados Unidos, la invasión y la guerra a Vietnam, la originalidad y el éxito de los revolucionarios cubanos, despertaron en la juventud del viejo continente y en la sociedad norteamericana una agitación social y una inusual actividad política anti-imperialista, con simpatías hacia los nuevos movimientos insurgentes, que también incluían movimientos de liberación nacional en África y otras latitudes de lo que en aquellos años se llamaba "tercer mundo”. Había en el inicio de la década de los sesenta muchas señales que en el pentágono y en el gobierno norteamericano provocaron reacción. Como producto de tal reacción surgieron planes especiales para luchar contra la insurgencia que afloraba en distintos lugares del planeta: surgen planes para la utilización de las ciencias sociales y cientistas sociales al servicio de objetivos y planes militares para derrotar y combatir los movimientos revolucionarios.

Se utilizarán los antecedentes y estudios que sobre el tema aparecieron en el libro titulado: "Referencias; imperialismo y ciencias sociales". Volumen 2, N° 1, Mayo-Junio 1970. (Partido Comunista de Cuba, Universidad de La Habana).

Se prestará particular atención a las investigaciones que se realizaron en el ámbito militar con el objeto de establecer una relación entre esas investigaciones y conclusiones y la estrategia militar que después se usó para hacerle la guerra al pueblo cuando llegó el momento de montar la estrategia de derrocamiento del gobierno de la UP.

El contenido del mencionado volumen es más amplio y según expresan los editores en la presentación, está dedicado "al debate táctico e ideológico en torno a los usos de las ciencias sociales en mundo contemporáneo". Consta de tres partes; Sociología y espionaje, Ciencia Social e Ideología e Información de bibliografía. En los dos primeros, distintos autores aportan con diferentes artículos. el tercero cuenta de un artículo, fluido en información bibliográfica, discusión misma sobre el uso de las ciencias sociales, se inicia n un análisis de distintos proyectos ya desarrollados o en pleno desarrollo y financiados por instituciones norteamericanas ligadas a sus organismos de defensa y dominación. Se parte con una evaluación y análisis del Proyecto CAMELOT, implementado en Chile. El Proyecto AGILE, implementado en Tailandia y el Proyecto MARGINALIDAD, implementado en Argentina. Sobre este último ' caso se agrega una polémica suscitada en sectores de la izquierda de entonces. La segunda parte está dedicada a análisis teóricos sobre ideología y ciencia social, con aportes de distintos intelectuales. Y la última sección, se presenta una interesante bibliografía sobre "Ciencias Sociales y Neocolonialismo cultural en América Latina". Las referencias que se harán acá estarán vinculadas a la sección dedicada al proyecto Camelot y tangencialmente se hará alusión a los otros trabajos.

En el libro Referencias mencionado, entre las páginas 87-114 hay un artículo titulado; "La Polémica sobre "El Proyecto Marginalidad".-Sociólogos argentinos aceitan el engranaje" escrito por Daniel Goldstein. Su contenido está destinado a denunciar el carácter de espionaje sociológico que tienen una serie de investigaciones que realizan en Argentina un grupo de intelectuales financiados por la Fundación Ford. Esto ocurre después del destape en Santiago del proyecto Camelot. El autor del artículo sostiene que en algún momento después de la mitad de la década de los sesenta la estrategia del gobierno norteamericano y del Pentágono para seguir realizando este tipo de trabajos consistió en "privatizarlos": se realizarían todos los proyectos con financiamiento de fundaciones privadas norteamericanas, entre las cuales la misma fundación Ford jugaría un rol destacado. Pero no sólo eso; los mismos funcionarios del gobierno norteamericano que antes habían estado impulsando desde el gobiernos estos estudios, ahora habían renunciado a sus cargos y se habían desplazados a las corporaciones y fundaciones privadas para hacerse cargo de la dirección de tales proyectos. El autor cita el caso de un alto funcionario del gobierno de la época, un tal McGeorge Bundy. Este sujeto tuvo importante influencia en la delineación de la política exterior norteamericana a nivel planetario. Goldstein en su artículo cita declaraciones de Enero de 1967 en donde expone las innovaciones que aquella política tuvo a mitad de los sesenta, "Para comprender la totalidad de la política imperial desde 1960, nada mejor que leer el artículo de Bundy aparecido en el órgano oficial de la política exterior norteamericana, la revista Foreign Affairs de enero de 1967: "Durante 20 años, desde 1940 a 1960, la expresión constituía el patrón de las discusiones sobre política exterior: aislamiento o intervención, Europa o Asia, Wallace o Byrnes, Plan Marshall o reventamos, SEATO o neutralidad, las Naciones Unidas o la política del poder y siempre, insistentemente el anticomunismo o la unión con los comunistas". El mundo no es tan simple, sigue diciendo Bundy "y con John F. Kennedy entramos a una nueva era. Insistía (Kennedy) constantemente en la adopción de líneas políticas paralelas que aparentemente se contradecían: reforzar la línea de defensa e impulsar el desarme, contra insurgencia y Cuerpos de Paz, brechas abiertas a la izquierda sin cerrar las puertas a la derecha razonable, una Alianza para el Progreso y una oposición irremisible a Castro; en suma, la rama de olivo v las flechas”. (Página 90)

Continúa Goldstein, página 91; "Fue precisamente en 1966 cuando el gobierno norteamericano sufrió una serie de deserciones importantes extremadamente sospechosas; Bundy dejó su puesto como asesor presidencial para Asuntos de Seguridad Nacional para pasar a la presidencia de la Fundación Ford. Otros funcionarios de similar categoría y experiencia, íntimamente vinculados a la conducción de la política imperial en América Latina,(...) como Lincoln Cordón y Thomas Mann dejaron el Departamento de Estado y pasaron a presidir y a dictar cátedra sobre política latinoamericana, respectivamente, a la Universidad Johns Hopkins. Cabe señalar que esta es la Universidad norteamericana que más dinero recibe para investigaciones militares y paramilitares en los Estados Unidos...".
Por otro lado, el mencionado individuo que en 1966 se privatizó y se hizo cargo de la Fundación Ford, y que en 1967 se dedicaba a establecer los principios imperiales de la dominación yanqui en la vista citada anteriormente por Goldstein, siendo alto funcionario , la Casa Blanca como asesor para asuntos de seguridad nacional 11963 y estando en pleno desarrollo la intervención norteamericana Viet-Nam, se permitía tirarle las orejas al embajador yanqui, en aquel país asiático según consta en "Los Documentos del pentágono ",24 publicados por El New York time: "Mas instrucciones í Bundy a Lodge sobre planes de contingencia". Cablegrama de IcGeorge Bundy al embajador Lodge, 30 de Octubre de 1963, Una nena cantidad de documentos que habían sido secretos fueron dados I la publicidad en EE-UU y se conocieron como "Los Documentos Pentágono". Eran documentos sobre el desarrollo de la Intervención norteamericana en el sur-este asiático. Los documentos referían a las comunicaciones, instrucciones y órdenes que el Pentágono, la Casa Blanca, la Embajada yanqui en Vietnam y los (comandantes militares de las tropas invasoras intercambiaban i mientras se desenvolvía, lo que después sería una derrota militar de EE UU. En la página 262 Bundy desde la Casa Blanca j imperativamente establecía un principio:

"... 2.- No aceptamos, como base de la política de los Estados Unidos, que no tengamos poder para demorar o desbaratar un golpe".

Que tal,.. .simple y conciso, sin rodeos ni utilizando un lenguaje retorcido. Era el año 1963, en Octubre. El plan Camelot en el extremo sur de América se estaba iniciando, la guerra en el sudeste-Asiático se encontraba en pleno y creciente desarrollo, en el Caribe se había establecido un gobierno revolucionario en Cuba, y los intentos para derribarlo habían fracasado. Se habían retirado los misiles soviéticos de Cuba después del acuerdo directo y por sobre la cabeza de los dirigentes cubanos, entre Kennedy y Kruschov. Chile se preparaba para las elecciones presidenciales del 64, donde con una descarada intervención norteamericana en dólares, desinformación y recursos humanos, Kennedy primero y Johnson posteriormente se compraron a la Democracia Cristiana chilena de la época e impusieron lo que se llamó "La Revolución en Libertad", destinada a ahogar y frenar la verdadera revolución que se incubaba en el interior de la sociedad y que los científicos-sociólogos del Camelot querían conocer y estudiar. En ése contexto, el señor Bundy establecía el principio de que la política exterior norteamericana se sustentaba en el criterio de que tenían que tener el poder suficiente para demorar o postergar un golpe de Estado. Con el correr de los años se desataron golpes por todos lados, empezando por el de Brasil en ese mismo 1964. En otras palabras, la doctrina Bundy se mejoró y completó, agregándosele también la capacidad para no sólo demorar o postergar golpes, sino que también desarrollaron la capacidad para idearlos y promoverlos según las condiciones... con la ayuda de las Ciencias Sociales.

24 New York Times, "Los Documentos del Pentágono",
Plaza & Janes, S.A. Editores. Barcelona 1971

Daniel Goldstein, en su artículo del libro Referencias hace mención a la naturaleza política y militar de los proyectos de "investigación científica", muy de actualidad en la década de los sesenta. En la siguiente cita termina reproduciendo textual un párrafo del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, en donde se toca el tema. Desgraciadamente no colocó la fecha en que esos términos fueron expresados, sin embargo se trata evidentemente después de finales de 1965 y al término de la tercera parte de la década de los sesenta.
"El espionaje sociológico es una vasta empresa mixta donde organismos del gobierno norteamericano conjuntamente con la comunidad académica internacional estructuran los dispositivos que aseguran al imperio un flujo sistemático de información sería y detallada sobre lo que la gente de una región piensa, dice, siente, necesita, tiene, cree, teme, respeta, ama y espera.
"Las Fuerzas Armadas ya no se dedican exclusivamente a la guerra. Sus misiones ahora incluyen pacificación, asistencia, la >batalla de ideas<, etc. Todas estas misiones requieren la comprensión de las poblaciones urbanas y rurales con las que nuestro personal militar puede entrar en contad: > (...). De muchos países alrededor del mundo necesitamos más conocimientos sobre las creencias, valores y motivaciones ((de la población), sobre sus organizaciones políticas, religiosas y económicas, y sobre el impacto de varios cambios < innovaciones sobre sus pautas socioculturales ".

(Del Apéndice I, Parte I, de los
Hearings on Defensr Departament Sponsored Foreign Affairs
Research, Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos Página 108).

II. Hurgueteando en el vientre de la sociedad.

El hurgueteo en Chile era, pues, parte de las actividades de una ^potencia extranjera al interior del Estado chileno. Más aún, era I una parte importante de una nueva orientación que se había empezado a poner en práctica en el Pentágono. Esta participación externa al interior del Estado Chileno le agregaba al escándalo una dimensión y una dosis extra de gravedad. Se estaba violando uno de los supuestos | de la llamada soberanía nacional. El hecho sin embargo, nunca llegó i a preocupar o a inquietar mayormente a los que están llamados a ser ¡los guardianes de la soberanía, detalle sugestivo y que tiene ; importancia.

La paternidad del proyecto denunciado correspondía a sociólogos norteamericanos, los que financiados con dineros del Pentágono, habían optado por poner sus capacidades y herramientas intelectuales al servicio de los objetivos militares. Se montó así un proyecto de investigación científica para ocultar lo que no era otra cosa que \ una vulgar operación militar. La particularidad y lo nuevo en este; caso era que los que hacían de soldados no vestían uniformes ni dormían en los cuarteles militares, sino que vestían de civil, tenían grados académicos, eran cientistas sociales, trabajaban en universidades y dormían tranquilamente entre la misma población, como cualquier buen vecino. Esta forma de operar en el Pentágono y estaba enmarcada en la aplicación de una nueva vía de acción, y bastante generalizada a principio de la década de los sesenta y que i quizás venía desde fines de la década de los cincuenta.
Pero no sólo el ambiente político-parlamentario de la época se vio sacudido por el destape. Un sector de la llamada comunidad académica, ligado al área de las ciencias sociales, se vio fuertemente salpicado. Se descubrió que algunos académicos tenían las manos puestas en el sucio e inmoral proyecto. Se supo de las vinculaciones que profesores de la Universidad Católica de Chile en particular tenían con el proyecto. Lo que de paso revelaba que en esa institución no sólo los economistas de la facultad de Economía buscaban I inspiración y financiamiento para sus estudios en la Universidad de Chicago, sino que ahora se sumaban los académicos del departamento de sociología que hacían lo mismo con otras universidades norteamericanas con fuertes lazos y financiamiento del aparato militar norteamericano.

Entre las páginas 7-20, los editores del libro Referencias indican: "ofrecemos a nuestros lectores el texto de la primera parte del proyecto". De ése texto, que en realidad es un informe sobre la investigación, se pueden extraer algunos contenidos que reflejan bastante bien lo que era y en que consistía el engendro CAMELOT, escrito todo por sus mismos inspiradores y ejecutivos. Así por ejemplo cuando en el informe dan un resumen cuantitativo de las dimensiones y alcances que tenía, y sus objetivos "académicos" en lenguaje retorcido, se pueden desprender los propósitos anti-insurgentes, en la Pag. 7-8. Parte I. Introducción:

"Este informe pretende indicar el estado actual del esquema de investigación para el Proyecto Camelot. Este proyecto es el resultado del esfuerzo de 140 profesionales-año, durante tres y medio años, para determinar la posibilidad de desarrollar un sistema de análisis de un país que proporcionaría los medios para:
1) identificar y medir indicadores y estimar las causas de un conflicto potencial interno.
2) estimar el efecto de diversas acciones gubernamentales que influyan sobre ese potencial; y 3) obtener, conservar y recoger la información requerida para el sistema anteriormente mencionado.

Este esquema de investigación será continuamente revisado desde ahora hasta el 1ro de Septiembre de 1965, fecha en que realizarán los mayores esfuerzos de recolección de datos en 21 estudios analíticos de casos de guerra interna y en 5 estudios de sistemas comparativos de sociedades contemporáneas en funcionamiento."
"...la tarea del Plan Camelot es aplicar la teoría sistemáticamente derivada y los métodos mejorados desarrollados en muchos otros campos de las ciencias sociales, al dominio específico del conflicto interno y a las relaciones entre los insurgentes y afectados. Además, esta aplicación debe ser de tal tipo que, una vez reunidos los datos del caso en estudio, sea posible efectuar los análisis comparativos necesarios para el desarrollo científico.".
(Nota: los remarcados y eventuales subrayados no existen en el texto del libro mencionado. Lo anterior vale además para todas las citas, a menos que se indique lo contrario).
Ciento cuarenta profesionales año, durante tres y medio año para estimar las causas de un conflicto potencial interno, sin olvidar el esfuerzo paralelo para identificar y medir los indicadores. Todo en el punto uno.

En el punto dos, se proponía evaluar el efecto de las acciones el gobierno en relación a ése potencial....conflicto interno, se subentiende, ya que no se está hablando ni está en estudio el potencial Hidroeléctrico del país. Como de lo que se trataba era de desarrollar un sistema de análisis del país, se trata en el punto tres de obtener, conservar y coger la información requerida.

En relación a esto último, cae por su peso algo que de inmediato hace suponer, un esfuerzo para el análisis y procesamiento de los e información y luego la indispensable derivación de las correspondientes deducciones y conclusiones. Todo lo cual esta dicho en el último párrafo citado, en el lenguaje retorcido, como se ha dicho. No otra cosa es señalar que todo se hace para "el desarrollo científico", cuando en realidad se trata del desarrollo de las ciencias sociales aplicadas a la guerra interna. En pocas palabras, al servicio; de objetivos y estrategias militares, contrainsurgentes, en contra de la izquierda y en defensa de las clases dominantes. O sea, los ejecutores del plan CAMELOT estaban efectivamente haciendo investigaciones y por ésa vía contribuyendo al desarrollo científico. Naturalmente que funcionales al sistema y en defensa de éste.
El penúltimo párrafo respecto de la fecha de septiembre de 1965, en donde de acuerdo a los mismos ejecutivos y mentores del proyecto se haría una especie de resumen, resulta interesante por cuanto quiere decir que a la mencionada fecha ya todo el trabajo grueso en el terreno estaría prácticamente finalizado. Ese dato es interesante contrastarlo con la información que entrega el mismo Johan Galtung en su artículo, a continuación del texto que se esta comentando, "Después de CAMELOT". Galtung, sociólogo de origen noruego que a principios de la década de los sesenta se desempeñaba en la oficina de la UNESCO en Santiago, al ser contactado para su eventual participación en el proyecto, optó por denunciarlo. Acompaña su artículo con una serie de notas (20 en total). En ellas hay informaciones sobre bibliografía y documentación sobre el Camelot. Por ejemplo en la nota número uno hace referencia a la discusión habida en la Cámara de Diputados de Chile en la "Sesión 33, jueves 16 de diciembre de 1965, legislatura extraordinaria. Revista Ercilla, Julio 7, 1965. Págs. 20-31, artículo escrito por José Pablo López; "La tenue red del Proyecto Camelot". Sostiene Galtung en su artículo, pág. 22, del libro Referencias:

"La historia del proyecto, brevemente expuesta, es la siguiente: Se elaboró en los EE-UU, por una comisión de Sociólogos, proponiéndose que el documento final se terminara en el verano de 1965. Sin embargo, cuando los sociólogos latinoamericanos tuvieron conocimiento de lo que se proyectaba, reaccionaron violentamente, e indignados se negaron a cooperar; esto trajo la atención nacional de Chile, y posteriormente, la internacional. .Como resultado del escándalo se canceló el proyecto el día 8 de Julio, por la Oficina del secretario de Defensa y posteriormente por orden del presidente de los EE UU, que fue publicada el día 5 de Agosto, donde proclamaba que no se llevaría a cabo ninguna investigación patrocinada por el gobierno en zonas extranjeras, ya que a juicio del Secretario de Estado estas afectarías las relaciones internaciones de los EE-UU."

Por lo tanto, mientras en Chile se debatían intensamente LAS implicancias políticas, morales y militares del proyecto en cuestión a lo menos desde el otoño-invierno hasta diciembre del 65, el engendro era cancelado oficialmente en Agosto por Washington, cuando ya el proyecto prácticamente había sido realizado a plenitud. El gesto cuidadosamente bien publicitado, no era nada más que jugada para la galería. Y sobre esta "movida " no puede haber dudas.
La conclusión es evidente: cuando cancelaron el negocio, tenían en carpeta todo el material acumulado durante tres años y medio, producto del trabajo de 140 hombres año. Un banco de conocimientos sobre el funcionamiento de la sociedad chilena sobre el modo de pensar del pueblo y los distintos estratos de la sociedad. Podían fácilmente afirmar que con todo ese conocimiento sabían bastante acerca de las características que tenía el proceso revolucionario que estaba incubado en el seno de la formación social chilena.

En el debate de entonces en la Cámara de Diputados, fue develada la naturaleza del CAMELOT y en palabras de un hombre que no ha sido de izquierda, pero sí demócrata cristiano toda su vida, según cita en el artículo de Galtung, Referencias, página 25:
"...en la Cámara de Representantes chilena el presidente de una comisión especial de investigación para examinar el Proyecto CAMEEOT, Andrés Aylwin: es importante hacer otro señalamiento: En este proyecto se pretende hacer un análisis de los problemas-del hombre, del hambre, del desempleo, etc.; sin embargo, ellos no son estudiados por su importancia intrínseca, sino sólo enfundan de ser las posibles causas de la rebelión o la revolución. O sea, en el proyecto Camelot no se analiza el desempleo para encontrar sus causas y buscar sus soluciones; no se estudian los problemas vitales del hombre para tratar de resolverlos; el conocimiento de los problemas sociales sólo tiene importancia para ayudar a resolver las tensiones. Resumiendo, este proyecto no ha sido concebido para tratar de resolver los problemas del hambre en América Latina, sino para evitar la revolución”.

Otra contribución para develar la naturaleza y propósitos del engendro lo constituye la carta que desde la Universidad Católica de Santiago se envía a colegas de la red internacional de sociólogos. La acción académica de la Universidad se vio obligada a tomar distancia y a denunciar los verdaderos propósitos del Camelot.

Libro Referencias en el mismo artículo de Galtung, página 27: "...el intento de seducir o engañar a los latinoamericanos, explicado por la Universidad Católica de Santiago de Chile en una carta al Presidente de la Asociación Sociológica Internacional...":

"El Dr. Hugo Nuttini, profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Pittsburg, que vino a Chile i para ponerse en contacto con nuestros sociólogos e interesarlos participar en el proyecto CAMELOT, afirmó oralmente y «r escrito que el proyecto fue financiado por la Fundación Ciencia Nacional cuando realmente lo fue por el Ejército los Estados Unidos y el Departamento de Defensa de ese lis. Además en la copia del Proyecto que entregó a los biólogos chilenos -según todos comentaban- el Ejército había sido particularmente tachado. Finalmente se hicieron grandes esfuerzos para hacernos creer que su fin era puramente científico, cuando, en realidad, era un intento que serviría de base a la contra insurrección política de los Estados Unidos."
Indispensable tener presente hoy, al momento de evaluar los se comentan, que el Chile de 1965 era muy diferente al chile reconstruido, que con ayuda del estado de sitio dejó como herencia la dictadura militar después de 17 años. Además, hay que decirlo. Era un Chile también diferente al Chile "convergente y renovado" que por desgracia existe hoy. Ni el parlamento era el mismo ni las Universidades. Todo el sistema de enseñanza era diferente. No es que se esté predicando aquí aquello de que todo tiempo pasado fue mejor. Simplemente había una concepción de la Universidad y de la enseñanza en donde éstas no estaban al servicio de intereses privados ni militares, ni financieros, a lo menos de directa e instrumental, como lo es hoy. Todo de acuerdo a principios muy antiguos en relación al rol de conocimiento humano que la universidad debía cultivar, reproducir y difundir. Sin mencionar la responsabilidad que el Estado tenía en educar a su juventud. Al respecto, fue por años famosa una frase dicha por un presidente Radical de finales de la década del 30 y principios de los cuarenta cuando simplemente dijo que: "gobernar era educar". Con los años el mismo partido Radical olvidó, "concertada y renovadamente" lo que había sido uno de sus pilares de sustentación, hoy esta lapidariamente retratado el indignante y odioso carácter de la sociedad chilena si se considera que el gasto estatal en enseñanza básica por alumno no pasa los 35 mil pesos al mes, (cifra que la presidenta considera poca y trata de aumentarla a 42 mil pesos) mientras que en las escuelas privadas éste mismo gasto llega a los 250 mil y más. Para poner otra lápida al cinismo de los administradores del sistema excluyente y clasista chileno actual, la que el pueblo ha elegido como presidenta se da el lujo de decir que; las injusticias ¡le indignan!!!... Y le indigna tanto, que evita cambiar el sistema, y en su lugar se dedica a nombrar comisiones lo "amononen". ¡Concertada y renovadamente! Tirando migajas por aquí y otra por allá. Tensionando a la sociedad en todas partes.

El parlamento de entonces, siendo un sistema parlamentario hecho por la clase dominante chilena, tenía sin embargo políticas imprimadas por la izquierda y el pueblo tras largas y luchas. Un parlamento que, por lo demás, fue en muchos aspectos un contrapeso real en el juego de los poderes del Estado, no un adorno o nido de corrupción como el actual. Había en esos años otra concepción de sociedad se puede incluso llegar a decir que “las ideas dominantes en esos años no eran entonces solo de las clases dominante” También dominaban las ideas Humanistas de igualdad fraternidad y hermandad. Sin mencionar las ideas definitivamente comunistas, en el sentido genérico del término, no solo las expresadas por el partido con ese nombre.

Lo antes dicho explica que no solo la izquierda en esa época protesto por el hurgueteo y espionaje que por orden de una potencia dominante estaba operando en las entrañas mismas de la sociedad para averiguar lo que pensaban los chilenos sobre la revolución. Si el asunto se repitiera hoy, evidentemente a nadie en ninguna universidad se le ocurriría protestar y el parlamento y los parlamentarios, incluidos los renovados y convergentes, como quien dice "morirían pollo". Hoy las universidades tienen clientes, no alumnos. Y el parlamento está, entre otras cosas, para acatar el Presupuesto Nacional que presenta el Gobierno de turno. Acatar no es lo mismo que rechazar, modificar o simplemente ignorar. El parlamento es un adorno y corno todo adorno, está simplemente adosado a algo para la apariencia y el formalismo.

Todo consistía en que el Proyecto Camelot, proyecto Pentágono, estaba orientado a conocer, estudiar y analizar las entrañas de la sociedad chilena a fin de pesquisar la revolución que allí se incubaba; desde esas posiciones y conclusiones, elaborar la fórmula para frenarla y destruirla.

Pero no se conformaban con eso, pretendían .ir más allá. Además querían analizar y estudiar las revoluciones anteriores que habían sucedido en la historia de la humanidad: los militares norteamericanos habían llegado a la conclusión de que para estudiar las revoluciones que se estaban engendrando hoy, había que también estudiar las que se habían engendrado antes. De ése modo sería más fácil sacar conclusiones a la hora de elegir la estrategia para combatir las que vendrían en el futuro. Así en la página 14 del libro que se indica anteriormente y en la parte que cita textualmente al documento parte del proyecto CAMELOT, los autores del proyecto escribieron:
"La revolución, por ser uno de los problemas sociales y políticos clásicos, ha sido tratada ampliamente en la literatura teórica y descriptiva. El material teórico proporcionado en este siglo por Edward, Brinton y Sorokin, así como el abundante material descriptivo sobre las llamadas "grandes revoluciones" y muchos otros han sido revisados y se ha seleccionado todo el material útil. Un ejemplo excelente del material descriptivo cuantitativo que será utilizado por el Plan Camelot es la nueva investigación sobre la Revolución Francesa que están llevando a cabo de la manera más rigurosa, Charles Tilly y Gilbert Shapiro.

Los contrarrevolucionarios de la década del sesenta, además de elevar la revolución como un problema clásico, estaban dedicados según ellos mismos, a revisar y seleccionar y por extensión se debe agregar a estudiar "todo el material útil". En ése encomiable empeño por los estudios no se les escapó ni la misma Revolución Francesa que ya tiene más de 200 años en sus espaldas. Todas fueron estudiadas y revisadas, "por ser uno de los problemas sociales y políticos clásicos”. Como tales serían estudiadas no de cualquier manera. El trabajo de estudio se hizo, de acuerdo a como lo dicen los mismos mentores del engendro CAMELOT,". ..Dé la manera más rigurosa". No en vano disponían de 140 profesionales año, durante tres y medio años y un presupuesto de millones de dólares. Todo al servicio de objetivos militares. Y estudiando problemas sociales y políticos clásicos. Es decir los contrarrevolucionarios de entonces eran....ilustrados, además de otras cosas. Cualidad, que a juzgar por los resultados posteriores, faltaba o escaseaba en el campo popular.

El afán por estudiar el tema, es decir, el estudio de las revoluciones anteriores como "...problemas sociales y políticos clásicos", como se sostuvo o insinuado antes, tenía como objetivo encontrar herramientas analíticas y conceptuales para la "comprensión de la guerra interna". Se trataba, como ellos mismos lo afirman, de elevar aquella comprensión de la guerra interna a la categoría "del arte del conocimiento de la guerra interna, del arte de las ciencias sociales". Lo anterior se reproduce en las páginas 14-15.

"En el Plan Camelot, los avances fundamentales en la ciencia social ayudarán a la comprensión de la guerra interna. Además las nuevas técnicas y la mayor cantidad de datos, que son el resultado del esfuerzo programado de 140 profesionales año, producirán avances fundamentales en la tecnología de la ciencia social misma".

"——El plan de investigación y la noción sobre el Plan Camelot, como han sido descritas en el documento de trabajo del 1ro de febrero de 1965, titulado "Proyecto Camelot: esquema y fase", se afirma en la condición existente del arte del conocimiento acerca de la guerra interna, del arte de las ciencias sociales y en el nivel programado del esfuerzo."
Luego, "los estudiosos" contratados por el Pentágono hilaban fino, exigían y requerían "... más información detallada de la secuencia de los acontecimientos y las condiciones que conducen a la guerra interna...era necesaria aislar el potencial de la guerra interna teórica y prácticamente". Indudablemente que había un marco metodológico de laboratorio para el análisis del potencial de la guerra interna. Ese análisis exigía información detallada de la secuencia de los acontecimientos y condiciones que conducen a la guerra. De nuevo en las páginas 14-15;

(Remarcados y subrayados no están en el libro en mención)

"...El primer tipo de estudio (estudios del caso analítico) fue necesario porque se requirió más información detallada de la secuencia de los acontecimientos y las condiciones que conducen a la guerra interna, desde el punto de vista del insurgente y de poder organizado. Esta información, en un mínimo correlativo y cuanto más causal, es necesaria para aislar el potencial de la guerra interna teórica y prácticamente. También es necesario aislar factores que son correlativos y necesarios y/o causales, con el objeto de estudiar el impacto de las acciones gubernamentales. Estos datos, inicialmente pueden ser recopilados en casos conocidos de guerra interna y luego probados en los casos en que la guerra interna no se produjo".
"El segundo tipo de estudio (estudios de los sistemas sociales) es necesario para establecer análisis de sistemas dentro de una estructura contemporánea que puede medir los factores involucrados en el potencial de una guerra interna y medir los efectos de las diversas acciones gubernamentales sobre ese potencial.

Es conveniente valorar plenamente el contenido del primer párrafo, que se reproduce nuevamente: "se requirió más información detallada de la secuencia de los acontecimientos y las condiciones que conducen a la guerra interna, desde el punto de vista del insurgente y de poder organizado". Obsérvese el lenguaje aparentemente neutro y objetivo y, no obstante, cargado de opción e ideología.

Se trata pues, de una investigación cuyos resultados entregarán la fórmula para aplastar en el nido una eventual revolución. La recolección de información detallada y estudio posterior de la secuencia de los acontecimientos, no puede tener otro destino que detectar la cadena de hechos que son importantes. Conocerles el rostro y detectarlos a tiempo es un hecho de importancia nada de despreciable. Con esa información en la mano pueden tomarse muchas decisiones muy relevantes.
Es claro que el poder organizado significa los anti-insurgentes, o sea los miembros de las clases dominantes, del aparato del estado y sus guardianes. Del mismo modo, que el empeño puesto en adquirir información y muy detallada de las condiciones que conducen a la guerra interna, significa acá no otra cosa que buscar e identificar tempranamente los signos y las señales que revelarían la presencia de una situación revolucionaria.
Logrando lo anterior, es decir, logrando identificar por anticipado el germen de una situación preñada de conflictos como lo es una situación revolucionaria, pueden ellos adelantarse a los hechos, prevenir el peligro y tomar medidas precautorias para abortar, desviar o desvirtuar procesos sociales que pongan en peligro la estabilidad de la dominación burguesa.
Entre esas medidas precautorias se cuenta no sólo la represión violenta. Se pueden dar el lujo de usar una represión selectiva, asesinando dirigentes populares que potencialmente sean vistos como un peligro: sacar del escenario a eventuales dirigentes con potencial y peligrosidad por medio del asesinato es un método bastante usado por los represores y oficinas de inteligencia; no es el único recurso y la variedad es infinita, llegando, incluso, a la intimidad personal-familiar del individuo en cuestión.
El concepto: la secuencia de los acontecimientos quiere decir que lo que buscan y quieren detectar es el rostro de aquellos hechos políticos y sociales que son relevantes, significativos y que aparecen en todos los procesos revolucionarios cuando hay por ejemplo, agitación social y política.
El estudio dedicado a medir el impacto de las acciones gubernamentales también es un detalle que tiene interés, por cuanto el estudiar los efectos de las acciones del gobierno permitiría sacar una serie de conclusiones valiosas e indispensables al momento de enfrentar con éxito una eventual guerra interna. De partida, los efectos en el seno del pueblo de las acciones de gobiernos reaccionarios son rnuy distintos de los efectos de las acciones de un gobierno popular. El impulso de la reforma agraria que expropia las haciendas de los terratenientes significa directamente un efecto en los trabajadores agrícolas que no deja a éstos indiferentes. Al contrario, significa un estímulo a la movilización ya que están obligados por las circunstancias a empezar a tomar en sus manos la dirección de una empresa agrícola en la que antes sólo se limitaban a obedecer las órdenes patronales: en esa medida, los acerca al proletariado urbano e industrial tanto por la administración "técnica" de sus asuntos, cuanto por la perspectiva política de posibles alianzas y pactos. Las consecuencias psicológicas, sociales y políticas de una reforma agraria en la vida de los trabajadores agrícolas y sus familias son profundas. Pero también son dinámicas y desatan una energía que puede entre otras cosas, dependiendo de las condiciones, significar que los trabajadores agrícolas por la misma dinámica de los acontecimientos sobre-pasen los planes originales del mismo gobierno que inicia o profundiza una reforma agraria. Cuando ello sucede, cuando el despertar de los trabajadores es real y está estimulado por otras circunstancias, como por ejemplo la misma contra-reacción de los empresarios agrícolas afectados por el proceso de reforma agraria, entonces la dinámica de los hechos puede conducir a otros hechos nuevos y desatar una cadena de acontecimientos sociales de impredecibles consecuencias para la clase dominante y sus administradores. Estas consecuencias que se generaban productos de las acciones gubernamentales estaba siendo medidas y observadas atentamente por los investigadores del plan Camelot.

Ya en el terreno mismo, es decir en el "trabajo de campo", los encuestadores que trabajaron para el proyecto lo hacían entrevistando gente. Antes de ver alguna de las preguntas que contenían los cuestionarios, no sobra realizar un vistazo al marco general y teórico que inspiraba la formulación de las pregunta. En Referencia, se contempla el fragmento de un anexo que se refiere al tema. Páginas 16-17, apéndice 1. (Remarcados no están en el libro).
"... necesitamos un medio para organizar la recolección de datos importantes a través de preguntas de amplio alcance, que reflejen los diferentes aspectos de, y las perspectivas sobre una sociedad como un todo. Más aún, ya que las hipótesis acerca de las revoluciones y de la insurgencia cubren una amplia gama de enfoques, y el Plan Camelot está encargado de probar un gran número de las más plausibles, o aquéllas que parezcan tener grandes probabilidades de éxito, nuestro esfuerzo para recolectar datos debiera organizarse de un modo tal que cumpla con las necesidades de datos de muchos enfoques analíticos diferentes. Finalmente, con el objeto de obtener datos determinadamente comparables, tanto para un gran número de casos como para diversos enfoques, los instrumentos para la recolección de datos deben reflejar una razonable cantidad de detalles y definiciones, como también un amplio margen de preguntas.
Se han proyectado siete instrumentos para hacer la recolección de datos:
1/desarrollo político del caso; 2/Análisis de los disturbios políticos (incidentes de la violencia); 3/Análisis del Gobierno; 4/Análisis de las organizaciones insurgentes; 5/Modelos institucionales; 6/Grupos ocupacionales; 7/Datos de antecedentes sociales.".

Este anexo introductorio a los formularios que portaban los entre visitadores había sido confeccionado de forma que se hacían "preguntas de amplio alcance, que reflejen los diferentes aspectos de, y las perspectivas sobre una sociedad como un todo". A los muchachos no se les puede acusar de particularistas,...solamente. Eran además,.. .generalistas, querían tener una visión de conjunto y totalizante, hacían "preguntas de amplio alcance". Querían que se reflejara la sociedad como un todo, con sus diferentes aspectos y perspectivas.

Entonces se hace indispensable reflexionar sobre las implicancias del siguiente párrafo, en el que ellos mismos enfatizan, "Más aún, ya que las hipótesis acerca de las revoluciones y de la insurgencia cubren una amplia gama de enfoques, y el Plan Camelot está encargado de probar un gran número de las más plausibles, o aquéllas que parezcan tener grandes probabilidades de éxito, nuestro esfuerzo para recolectar datos debiera organizarse de un modo tal que cumpla con las necesidades de datos de muchos enfoques analíticos diferentes".
Es decir, los mentores del proyecto estaban muy conscientes de la existencia, a principios de los 60, de una amplia gama de enfoques sobre las hipótesis acerca de revoluciones e insurgencias. Lo anterior equivalía a reconocer un hecho muy cierto y de validez significativa que con el correr de los años, en la historiografía oficial tanto de la izquierda como de la derecha, se pasa interesadamente por alto. Por aquellos años no existía UNA sola versión sobre cómo debían plasmarse las revoluciones: no es que toda revolución o insurgencia estuviera dirigido desde un centro que entregaba la línea al resto para que la aplicara. Sobre la revolución y sobre la insurgencia, según los mismos encargados de combatirlas, había matices que "cubrían una amplia gama de enfoques". En donde unos eran más plausibles que otros y ellos, los contrarrevolucionarios, se estaban preocupando por aquellos enfoques que tuvieran más posibilidades. Todo el planteamiento anterior revela e indica una característica nada despreciable que tenían los contrarrevolucionarios de aquella época cuando analizaban a los revolucionarios. Aquellos, es decir los contrarrevolucionarios de entonces, se esforzaron e "hilaron fino": ¡a principios de la década de los sesenta!!!
Efectivamente en la izquierda había "enfoques analíticos diferentes". Este detalle, estas diferencias de tonos en la intensidad del color rojo de aquella época, que los contrarrevolucionarios estudiosos del proyecto Camelot no pasaron por alto, se hace necesario retenerlo para análisis ulteriores que se intentarán más adelante en este ensayo. Por lo pronto, baste destacar el hecho de que los mentores de las investigaciones y espionajes que se realizaron en aquella época estaban muy conscientes que en la izquierda no había estricta unidad de criterios. Que la izquierda de la época, era variada y con enfoque e hipótesis diferentes sobre la revolución y la insurgencia. Aspectos que ellos no ignoraron ni pasaron por alto.

El detalle tenía importancia práctica: al momento de sacar conclusiones seguramente estimaron que ésas diferencias en la izquierda exigían por parte de ellos como contrarrevolucionarios darle a cada uno un trato distinto y no igual. O usaron tal conocimiento para introducir "cuñas" y divisiones en el campo popular. Prácticas bastante antiguas usadas por la clase dominante chilena, que actualizaron y modernizaron con la ayuda de los resultados del plan camelo.

III. Los investigadores del Camelot descubren a los "guardianes" de la Constitución.

En la página 17 de Referencias, se dispone un apéndice II que contiene una introducción adosada a los formularios de las encuestas y que precede, precisamente, a las "preguntas de alto alcance". El formulario estaba destinado al personal de las Fuerzas Armadas y más precisamente a sus oficiales. Se explica que el objetivo de los estudios en marcha consisten en lograr una mejor comprensión de la relación entre el pueblo y el ejército: (Los remarcados no están en la versión del libro indicado).

"Entrevistados.... Fecha..... Hora Inicial.......


Introducción:

Como parte de un estudio sobre las FF-AA estamos recogiendo información a oficiales militares que hayan prestado sus servicios profesionales en el Ejército y que debido a su experiencia nos ayudará a comprender mejor la relación entre el Ejército y el pueblo de Chile.
Desde luego quedaremos especialmente agradecidos a Ud. por la cooperación que pueda prestarnos contestando las preguntas que le haremos a continuación. Debido a su carácter estrictamente científico ellas son estrictamente confidenciales, ya que serán sometidas a procesos posteriores de análisis estadísticos que hacen imposible la identificación de los autores de las opiniones.

A continuación, y por estimar que el contenido del cuestionario usado alcanza importancia extraordinaria, se ha optado en este ensayo por reproducirlo tal y como aparece en Referencias, a pesar de su extensión. Las preguntas están concebidas de manera que puedan "reflejar una razonable cantidad de detalles y definiciones", según se desprende de las exigencias que los mentores del proyecto se impusieron al diseñar las preguntas, como consta en uno de los párrafos citado con anterioridad. Los remarcados no están en el texto original del libro mencionado. Además, se han aislado con doble espacios aquellas preguntas que se han considerado de una importancia directa, como una forma de llamar la atención del lector sobre ellas.

Página 18.
(Segunda parte del apéndice II).

Señor oficial:
Como una forma de obtener una mejor comprensión de las relación que existe entre el pueblo de Chile y su Ejército,
Estamos estudiando algunos aspectos que nos parecen tienen un papel importante para el logro de nuestro objetivo. Dado la finalidad eminentemente científica del trabajo que estamos realizando las opiniones que Ud. se sirva de manifestarnos a continuación no necesitan llevar su firma y son, por lo tanto, estrictamente confidenciales.

Debido a la razón anterior le rogamos ceñirse en sus respuestas —exclusivamente- a las instrucciones que aparecen en el cuestionario y bajo ninguna circunstancia comentar las preguntas con sus compañeros u otras personas sin antes haberlas respondido y remitido a nosotros en el sobre adjunto, cerrado por intermedio de la persona encargada de recolectarlos.
Agradeceremos especialmente a Ud. que lea las preguntas e instrucciones cuidadosamente y se sirva escribir tan legiblemente como le sea posible o use letra imprenta o máquina de escribir a fin de evitar errores de interpretación.

Grado...
Armas de servicio...
Unidad o escuela, Academia de Guerra o Politécnica....
Lugar de nacimiento...
Ocupación de su padre, (especifique cuidadosamente).....
Ocupación del padre de su esposa....
Parientes en las FF-AA o Carabineros (Especificar: grado de parentesco, grado alcanzado y si está en servicio activo o no).....
Educación: 1.Hades., Universidad...
2. Escuela Militar...
3. Academia de Guerra...
4. Academia Politécnica...
5. Escuelas Militares extranjeras...
País... No. de años... 6. Profesor militar...
No de años...
Antigüedad obtenida en el curso militar de la Escuela Militar (especificar puesto y número de alumnos del curso:
1. Haciendo un recuerdo: ¿Cuáles fueron las principales razones que Ud. tuvo para decidirse a seguir la carrera militar? (especificar).

2. En su carrera militar: ¿Cuáles han sido las principales fuentes de satisfacción para Ud. ? (Especificar).

3. Asimismo: ¿Cuáles han sido las principales fuentes de insatisfacción para Ud.? (Especificar).

4. Sin incluir a sus parientes: ¿Cuantos de sus cinco mejores amigos son oficiales?: Oficiales... Ocupación de aquéllos que no son oficiales....

5. Si Ud., tuviera que aconsejar a un hijo suyo, ¿le recomendaría que siguiera la carrera militar? Y ¿Por qué?
Si...
No...
Porque....
Tradición militar familiar...
Persistencia de la ideología profesional...

6. Si Ud. tuviera que escoger entre las siguientes categorías
¿En cuál de ellas se ubicaría Ud. políticamente en este momento?
Derechista....
Algo derechista....
Algo izquierdista....
Izquierdista....

Comente, por favor, el origen de su decisión y el significado que Ud. atribuye al concepto señalado. La relación profesional-política tenderá a hacer que: Ia) La ideología sobre política y sobre posición política de los oficiales estará determinada no por su pertenencia a una clase social, sino por la pertenencia a un grupo profesional y no por clase social.

7. En su opinión, ¿la probabilidad de una guerra entre Chile y alguno de sus vecinos no existe, es muy pequeña, es escasa, o es grande? ¿Podría explicar por qué piensa así?

8. El Ejército intenta ayudar al desarrollo económico del país a través de programas de educación en alfabetización y enseñanza técnica a los conscriptos, construcción de caminos, puentes, viviendas, forestaciones y otras actividades. ¿Cree usted que el Ejército debiera aumentar estos programas de desarrollo o piensa Ud que estos trabajos podrían ser realizados a través de otras instituciones gubernamentales que no fueran el Ejército? I/Aumentar los programas del Ejército... 21 Realizarlos por otras instituciones... 3/ Está bien como está... ¿Por qué?.... Problemas...

9. De las actividades militares, ¿Qué porcentaje de ellas desearía Ud., que juera dedicado a estos programas como máximo? Porcentaje.... %. Ritmo de cambio de meta...

10. ¿Considera Ud., que su participación en estos programas de desarrollo es compatible con su rol profesional y su propia imagen como oficial? (Sírvase explicar su respuesta, por favor). Capacidad y compatibilidad del profesional militar frente a nuevas metas...

11. Un cuestionario dado a una muestra de la población chilena mostró una gran fe de los civiles en que los militares defenderían la Constitución si ésta fuera violada. Específicamente, ¿bajo qué circunstancias cree Ud. que los militares debieran actuar en esta materia?

12. ¿A qué clubes, asociaciones, etc., pertenece Ud. Actualmente?

13. A continuación UD. encontrará algunas opiniones que se han emitido sobre los militares. Para cada proposición le rogamos indique si UD. concuerda fuertemente, CF. concuerda un poco, CP. Disiente un poco, DP. o disiente fuertemente de ellas, DF. UD. puede fundamentar sus opiniones siempre que lo estime necesario,
I. / Los valores dominantes de la moderna sociedad comercial son el materialismo y la búsqueda del placer y estos valores tienen a debilitar (en los ciudadanos del país) los valores de patriotismo, deber y sacrificio personal tan necesarios para el soldado.
CF...CP...DP...DF...Aislamiento social de la organización militar respecto a otras organizaciones sociales...

2.1 Las probabilidades de un conflicto entre países latinoamericanos son pequeñas dado que usualmente puede confiarse en la Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas para mantener la
CF... CP... DP... DF... Evaluación del papel de las organizaciones internacionales como medio de solucionar conflictos...

3. /En cierta forma, una pequeña guerra es buena para un país ya que largos períodos de paz producen una debilidad general en la población. CF... CP.... DP.... DF... Persistencia del espíritu bélico....

4. / El Ejército es necesario para la defensa del país, pero, ciertamente, no tan importante como 20 o 30 años atrás. CF... CP... DP.... DF... Cómo ven ellos su importancia para la nación...

5.1 El militar es necesario para el país aún si no hay guerra para actuar como un guardián de la Constitución en caso de que un Gobierno tratara de violarla. CF...CP...DP...DF... Comparación con creencia en esta acción de los civiles...Fuerza y conflicto interno....

Fecha....


Las preguntas número seis y ocho se han remarcado por sus contenidos especiales. La primera de ellas, la seis, pretende realizar un escrutinio, una radiografía, o un escáner como se diría en el lenguaje computacional de hoy, de la conciencia política de los oficiales. Y un escáner de una muy alta resolución, habida cuenta de las diferenciaciones bastante finas existentes en la pregunta, tales como, algo izquierdista. ....o izquierdista. La pregunta ocho, e incluso las que le siguen, pretende escanear la opinión de los oficiales sobre la participación del Ejército en los programas del gobierno, que vincula directamente al personal armado con la población civil. Preguntas y tema nada de inocentes, con derivaciones directamente políticas y cuyo alto significado no escaparán al "observador atento", según la frase favorita de los editorialistas de El Mercurio.

La pregunta número 11 y la parte número cinco de la pregunta 13 (esta tiene varias partes), resultan ilustrativas e interesantes por varias razones. En ellas hay que detenerse; no puede ni debe pasarse simplemente por alto. El lector familiarizado con el desarrollo de los acontecimientos entre los años 1970-1973 o que hoy sea ya de edad avanzada y que fue protagonista en aquella época, debe ya haber advertido el hecho de que aquellas preguntas, hechas en 1965 o meses antes a los oficiales del Ejército, no eran preguntas inocentes. Para los pingüinos de hoy en día, las preguntas pueden carecer de importancia y no entrañar un significado particular. El asunto es que sí tuvieron importancia y fundamental, vital, cuando los golpistas de los años 1970 a 1973 diseñaron su estrategia y el lector atento ya algo habrá podido deducir escudriñando las páginas anteriores.
El asunto es que el tema referido a violación de la Constitución fue un tema central en la estrategia que articuló al ramillete opositor en aquellos años.

Con la intención de aprovechar aportes que ya se han hecho sobre éstos tópicos, no está fuera de lugar en este punto de la exposición indagar en artículos muy apropiados y consistentemente lúcidos, escritos en 1971 por el ya citado periodista chileno don Robinson Rojas y que aparecieron en la revista Causa Marxista Leninista, N° 21. Julio-Agosto de 1971, bajo el título "La fuerzas armadas chilenas". El tercero de esos artículos, tiene que ver con el tema y lleva por título "El informe de los yanquis sobre las Fuerzas Armadas chilenas". Explica el mismo Rojas el contenido de su artículo:

"... Vamos a resumirles un trabajo que sobre las FF.AA. Chilenas hizo un sociólogo yanqui, Roy Alien Hansen, de la Universidad de California, de la Rand Corporation y financiado por la Fundación Ford, tres organismos cuyas conexiones con la Central Intelligence Agency, CÍA, de los Estados Unidos, son públicas y notorias.
El Propio Hansen señala en su estudio que: "los datos fueron recogidos durante una serie de tres viajes (totalizando quince semanas) a Chile entre 1964-65. Se entrevistaron doscientos civiles chilenos, hubo entrevistas intensivas con 38 generales y se distribuyó un cuestionario a oficiales activos de la Academia de Guerra y la Escuela Politécnica". Agrega que sus viajes fueron entre diciembre de 1964 y Junio de 1965, y que tuvo acceso a documentación de la Biblioteca del Estado Mayor del Ejército de Chile.

El estudio se llama "Miütary Culture and Organizational Decline: Un Estudio del Ejército de Chile", de Roy Alien Hansen, 1967, Universidad de California, Los Angeles. Hay copias en microfilm en la universidad yanqui".

"El estudio está dentro del contexto de los propósitos del famoso Proyecto Camelot, que se resumían en la frase "que haga posible predecir e influir políticamente aspectos significativos del cambio social en los países en desarrollo del orbe".
Es decir que gracias a la pluma y a las propias investigaciones de don Robinson se puede disponer de información valiosa. Valiosa ya que se tendrá acceso, entre otras cosas, a los resultados que tuvieron las encuestas que se le habían hecho a los oficiales chilenos y cuyas preguntas se han reproducidos anteriormente. Antes de ir a las cifras, tiene importancia establecer la valoración que el mismo Rojas hace en su artículo sobre el contenido del estudio. Esto último resulta necesario y conveniente como una forma de hacerle un reconocimiento que en justicia se merece don Robinson hacia las preocupaciones que en el invierno del año 1971 ya tenía y que lamentablemente en verdad, pocos, o casi nadie compartió en aquellos momentos. La valoración que él mismo hace se expresa de la siguiente forma en su artículo;

"El trabajo de Hansen, en todo caso, tenía un propósito político bien claro: proporcionar un instrumento de juicio para el manejo de las misiones militares yanquis que operan en Chile". "En su estudio Hansen investiga cuál es la opinión de los civiles sobre los militares, y establece como tesis principal, en ese aspecto, que los civiles, sobre todo los de estratos ocupaciones más bajos, favorecen la intervención del ejército en el gobierno frente a una crisis política o económica. Plantea que los civiles participan del mismo desprecio hacia los políticos y partidos políticos que los mandos de las fuerzas armadas. Establece que el ejército chileno está en declinación por falta de atención por parte de los políticos civiles. En suma, explica que los militares no tendrían mayores problemas si se hicieran cargo del poder (golpe de estado) ya que contarían con respaldo mayoritario de los civiles".

Más adelante, en otro párrafo, don Robinson escribe; (los remarcados no están en el texto original del artículo de Rojas),

"... Basándose en todos los datos recogidos en la Academia de Guerra y la Escuela Politécnica, el sociólogo yanqui, dice:

"El grado de hostilidad dentro del cuerpo de oficiales hacia la autoridad civil es de crucial importancia para el mantenimiento de la democracia en Chile, a causa de la fragilidad de las instituciones democráticas en ese país. La cultura militar chilena todavía visualiza a los militares como guardianes constitucionales, en un papel legítimo y necesario. Los oficiales por su parte, en una abrumadora mayoría, también visualizan su propia función en este mismo sentido viéndola como una obligación incumbiente a su papel profesional".

"General de División: "Precisamente, nosotros estamos para ese papel de guardianes de la constitución".

"General de Brigada: "Es una de las obligaciones del Ejército y tiene que cumplir con ella".

"El papel militar como guardianes de la constitución significa que los militares podrían definir su papel como el de una institución semi-autónoma capaz de actuar como freno del gobierno civil o, bajo ciertas circunstancias, actuar como una alternativa de ese régimen civil. La amplia aceptación pública de este papel es un indicativo de la fragilidad de las instituciones democráticas de Chile".

"Nuestros datos estadísticos mostraron que no había relación entre los puntos de vista políticos de los oficiales y su evaluación del papel militar de guardianes de la constitución. Dos tercios de los oficiales que se identificaron a sí mismos como izquierdistas, algo izquierdistas y derechistas en sus sentimientos políticos aceptaron como "absolutamente correctas" la afirmación en la encuesta que decía: "Los militares son necesarios en el país aún en el caso de no haber guerra, a fin de actuar como guardianes de la constitución en el caso de que el gobierno trate de violarla".

En otra sección de su artículo Rojas se permite una reflexión un tanto al margen que era absolutamente legítima; debido a que el contenido sobre lo que versa su reflexión ha sido tocado en este ensayo bastante al principio, se reproduce acá, en tanto proyección y coincidencia:

"No podemos dejar de pensar aquí que este estudio se hizo afines del 1964 y a principios de 1965, y se terminó en 1967, y que en octubre de 1969 se produjo el motín del Tacna, bajo el tema de "evitar el desmoronamiento del Ejército". Esto, tal vez, plantea que el estudio del yanqui Hansen fue bastante acucioso”.

Para terminar con el artículo de Rojas aparecido en la revista "Causa Marxista Leninista", se entrega acá "el botón de muestra". Este botón esta expresado en números. Es el resultado que dieron los estudios del Pentágono sobre cómo pensaban los oficiales de las Fuerzas Armadas. Según se demostró después, los contrarrevolucionarios y golpistas de entonces supieron aprovechar posteriormente los datos y conocimientos que se escondían en las cifras. Hicieron un aprovechamiento de excelente manera, digna de una mejor causa.

Parte relatando Rojas; (Los remarcados no están en el texto original de la revista Causa M.L.).

"... el cuadro 48 del yanqui Hansen, que se refiere a las respuestas dadas a la pregunta:
"Los militares son necesarios para el país, aún en el caso de no haber guerra, a fin de que actúen como guardianes de la Constitución en caso de que un Gobierno trata de violarla",

"¿está de acuerdo o no?".
Entre los oficiales de la Academia de Guerra, las respuestas fueron:
De acuerdo, 86 % En desacuerdo, 15 %".

La pregunta estaba en el cuestionario que reprodujo el libro Referencias, era la última, es decir la número 13 y estaba en su sub.-pregunta número cinco.

Los militares son necesarios para el país afín de que actúen como guardianes de la Constitución en el caso de que el gobierno tratara de violarla.

(Es indispensable subrayarlo y dejarlo remarcado. Es un asunto remarcable).
Ese rol que los oficiales chilenos se autoasignaban, como guardianes de la Constitución, contaba con alto respaldo y estaba profundamente enraizado en los altos mandos: un verdadero "pozo de oro" que descubrió la derecha chilena y sus mentores norteamericanos. Un pozo de oro producto y resultado de las investigaciones financiadas por el Pentágono. La inversión financiera que habían hecho para pagar las investigaciones, comenzaba a dar réditos en forma de conclusiones políticas que tenían un potencial que sabrían explotar y... sin miramientos de ningún tipo. Las investigaciones y los trabajos ejecutados por los cientistas sociales, financiados por el Pentágono habían dado sus resultados y estaban ya a finales de la década de los sesenta a disposición de los estrategas políticos y militares del ramillete opositor.

Se había descubierto la palanca que les permitiría poner en acción a las Fueras Armadas en contra del pueblo, los trabajadores, la izquierda y el mismo gobierno.

Se había descubierto la cuerda que al tocarla generaría y despertaría los sentimientos anti populares muy arraigados que escondía la casta militar chilena.

Habían descubierto la llave que tendrían que usar para llegar a los cuarteles militares y abrir sus puertas, sin necesidad de golpear las puertas de los regimientos. Con ésa llave en sus manos, el trabajo y la estrategia militar del ramillete opositor, se facilitaba enormemente ya que podrían penetrar directamente en lo más íntimo del pensamiento de los oficiales militares chilenos. Y podrían hacerlo sin ruido, por cuanto no necesitaban golpear las puertas de los cuarteles. Bastaba usar adecuadamente los conocimientos que tenían sobre el modo de pensar de los oficiales. Es decir no tenían que gritar queremos golpe de estado. Sólo era suficiente decir: la constitución ha sido violada.

Y ése "trámite" para establecer que la constitución ha sido violada, era un asunto político-social. Más exacto, eran los problemas políticos-sociales que tenían que ser resuelto por los partidos políticos para POSIBILITAR LA SOLUCIÓN que propondrá Jarpa. Cobra así sentido el discurso jarpista de la primavera de 1970. Cobra sentido pleno y se puede develar el real significado de la llamada doctrina Schneider y la estrategia planteada por este en su informe el 15 de octubre de 1970 en la escuela politécnica del Ejército. Y "cuadra " además la estrategia yanqui de que la solución debía ser ejecutada "por instituciones e individuos chilenos".

Pero también, y de paso, cuadra con el rol que en la historia universal siempre les ha correspondido jugar a los militares y sus instituciones. Con las conclusiones del proyecto Camelot, que hábilmente utilizó en su beneficio el grupito de la clase dominante chilena ligado al pentágono, don Carlos Marx en su tumba debe haber dejado caer una sonrisa triste, como diciendo es una pena que algunas cuestiones tratadas en mis estudios en la década de los 60-70 - del XIX ¡! - sean utilizadas por la burguesía y no por sus contrarios, como originalmente fue mi intención. De verdad una pena...lamentable.


IV. Si los investigadores del Camelot habían descubierto a los guardianes y amantes de la Constitución, la derecha chilena se encarga de ofrecer a los violadores.

Es indispensable repetir el párrafo subrayado más arriba debido a los alcances que tendría en el futuro: Los militares son necesarios para el país afín de qi como guardianes de la Constitución en el caso de gobierno tratara de violarla.

Una formulación breve, simple, fácil de entender y con un contenido profundo, con alcances igualmente profundos. Más allá, incluso, de su aparente falta de "sutileza" para un - aparente - estudio científico, instala una idea, un concepto: un camino mental; la aparente grosería es extenso movimiento que facilita "uniformar" criterios y que alienta a exteriorizar lo que está encarnado y enconado. Tan profundos fueron sus alcances, que afectó y estremeció la vida de muchos, por no decir de todos. Pero no afectó de igual manera a todos. Unos pocos, sacaron provecho, se enriquecieron y lograron recuperar, mantener y aumentar sus privilegios. Las estadísticas actuales de hoy 2007-2008, que ellos mismos confeccionan, así lo establecen. La mayoría de la población fue afectada negativamente, e incluso afectada con una brutalidad que sólo la puede generar y propiciar los que han sido educados para practicar la brutalidad. Ése es el caso de los oficiales militares chilenos, alumnos y graduados en la maldita "Escuela de las Américas".
Pero, la formulación anterior que había visto la luz del día a principio de la década de los sesenta en la forma de pregunta para que fuera respondida por los oficiales militares chilenos en el marco del proyecto Camelot, al generar la respuesta que se revela anteriormente y tomando en consideración las cifras expresadas en los porcentajes, fue rápidamente y sin demora ¡instrumentalizada y hecha suya por los golpistas en la primavera de 1970, cuando llegó el momento de pensar una estrategia para Pulverizar a ése hijo de punta de Allende... Nixon dixit.

Con ésas estadísticas en la mano y una vez estudiadas y habiendo sacado ciertas conclusiones, estimaron que "el asunto debe ser resuelto por instituciones e individuos chilenos...y que se debía ocultar la mano de EE-UU.".

La decisión de pulverizar a Allende estaba tomada y al más alto nivel. Los ejecutores de la pulverización no había sido difícil seleccionarlos. Las instituciones tenían ya nombre y apellido y todas vestían uniformes. Y tal como se ha dicho antes en este ensayo, nadie pensó en las instituciones uniformadas como la de los boy-scout, la Defensa civil o la bandita de guerra del Colegio San Buena Ventura de los padres franciscanos.

Sin embargo, en la primavera de 1970 no todo estaba preparado. No lo estaban ni los pulverizadores ni sus instituciones. Había una serie de problemas a resolver. Había problemas políticos que solucionar, concernientes a la falta de unidad de criterios entre las fuerzas derechistas y defensoras del orden capitalista chileno de entonces. Pero los mentores de la pulverización tenían una carta mágica destinada a ser tirada en la mesa. Esa carta mágica estaba destinada a jugar un rol doble y especial. Serviría como aglutinante y al mismo tiempo de detonante para el inicio de la pulverización misma.

Lo dice la pregunta que respondieron los oficiales:
La constitución debía y tenía que ser violada Tan simple como eso. Era ¡la exigencia de los militares!!!

Lo sabían en Washington.

Lo sabía Sergio Onofre. La Constitución TENÍA que ser violada. Más aún, él sabía que ésta debía ser violada. Se había determinado de antemano quiénes serían los que perpetrarían el acto mismo de la violación, los violadores. Igualmente se sabía, o se había determinado quienes serían sus defensores. De la Constitución, se entiende. Igualmente se había determinado los que jugarían el rol de sus amantes y aduladores. Es decir, los alcahuetes y protectores que denunciarían la supuesta violación. Y se había determinado los que harían el papel de juez de turno con la misión expresa de declarar solemnemente que se había consumado la violación. Es decir se contaba por anticipado con todo un elenco potencialmente disponible. (Y, en todo ello hay material suficientemente substancioso para otra farsa, que espera ser escrita, por alguien con dedos para el piano).

Sin embargo en la primavera de 1970, es decir en los meses de septiembre-octubre, cuando todos, desde el Alto Mando Militar, la derecha y la embajada norteamericana, reordenaban y repensaban su estrategia, sólo los generales del Alto Mando por boca de su Comandante en Jefe insinuaron algo respecto de la virginidad de la Constitución y la necesidad de que fuera conservada. El Pillín de Sergio Onofre, simplemente en esos días murió pollo y no dijo nada, sabiendo que tenía que andarse con cuidado. Jarpa y su Partido Nacional estimaron que debían mantener silencio respecto a este tema y lo mantuvieron durante un año exactamente. Era un silencio planificado, tal y como se acostumbra en política. El silencio no duró mucho y decidieron que en septiembre de 1971 había llegado la hora de mostrar todas las cartas de la estrategia golpista y tiraron a la mesa de la discusión pública su estrategia militar.

Aprovechando que el país entero celebra en septiembre el aniversario de la independencia y que las Fuerzas Armadas se han reservado el 19 de septiembre para celebrar lo que ellas llaman sus propias glorias, el Partido Nacional emitió para tal ocasión una declaración pública, que la prensa de la época se encargó de publicitar y que posteriormente fue reproducida en el libro de Sergio Onofre Jarpa: "Creo en Chile" Declaración pública del Partido Nacional; "Seguridad Nacional y FF-AA". Páginas 132-136:

"...Conjuntamente con su responsabilidad de defensa de las fronteras, las aguas territoriales y el espacio aéreo, LAS FF AA DEBEN RESPONDER DE LA SEGURIDAD INTERNA DEL ESTADO.
Evitando que este pueda ser destruido desde adentro por fuerzas contrarías a la nacionalidad o por organizaciones internacionales al servicio de intereses foráneos.

Para cumplir con eficacia todas estas tareas las FF AA., deben disponer de los medios necesarios y de una adecuada intervención en la administración y desarrollo del país.

NO SE TRATA DE HACER INTERVENIR A LOS MILITARES EN LA POLÍTICA.
SINO DE HACER UNA POLÍTICA DENTRO DE LA CUAL SE CONSIDERE LAS NECESIDADES DE L DEFENSA Y DE LA SEGURIDAD NACIONALES.

(Nota; subrayado en el texto original).

Con ésa declaración pública el Partido Nacional que dirigía Sergio Onofre, la derecha chilena, daba otro paso y pasaba a otra etapa en su estrategia golpista. Muchos amigos y también adversarios de los nacionales de aquellos años, de los momios de entonces, como "cariñosamente" se les había bautizado por su posiciones retrógradas, pensaron que no había nada de malo, ni sospechoso que esos momios se preocuparan de temas tan patrióticos y loables como; "... la defensa de fronteras, las aguas territoriales y el espacio aéreo".

Algo sospechoso era sin embargo que insistieran tanto en aquello de que las FF AA debían responder de la seguridad interna del Estado. Asunto bastante discutible ya que ellos no mencionaban que en todo caso existía un Jefe de Estado y por lo tanto éste es el responsable y a él están subordinados los institutos armados. En el contexto político de aquellos años podría considerarse que tales omisiones en la declaración de PN eran perfectamente tolerables y nada de raro había en ello. Luego, la verborrea aquella de que había que evitar que el estado fuera destruido desde adentro por fuerzas ajenas a la nacionalidad y al servicio de potencias externas, eran todas frases que corresponderían a la cháchara y ritual ideológico en boga y muy habitual de la época. Por lo demás, esos mismos principios los ventilaba el presidente, cada vez que hacía alusión a la intervención de compañías multinacionales para desgastar su gobierno.

De esa forma entonces, el lenguaje usado por los nacionales estaba dentro de lo que se esperaba de ellos-y aparecían patrióticamente jugando su papel de partido opositor. Nada raro. Que insistieran en que las FFAA debían tener una adecuada intervención en el desarrollo del país era incluso loable y además estaba en la agenda del mismo presidente Allende. La formulación aquella de que "no se trata de hacer intervenir a los militares en política", ¿quién podría no estar de acuerdo con todo aquello? Cuando los analistas de La Moneda y cercanos a Allende leyeron aquellas frases de la declaración no vieron nada raro ni sospechoso. Se consideraba loable incluso que un partido golpista potencial y solapado como el Partido Nacional insistiera en mantener a los militares lejanos de la política. Más de alguien incluso llegó a pensar que la directiva el partido nacional estaba jugando un rol patriótico y positivo en el Chile de aquel año 1971.

La presunción anterior no era antojadiza. Téngase presente que el Partido Nacional y toda la derecha chilena, incluida la jerarquía de la Iglesia Católica apoyó, aplaudió aunque no tan frenéticamente, la nacionalización de las empresas de la minería del Cobre. Un hecho que sorprendió a muchos, despertó sospecha en otro pocos, pero que confirmó una hipótesis de Allende: en el Chile del gobierno que él presidía, había y existía la, "unidad nacional indispensable y mínima como para implementar su plan de gobierno”. Los veteranos de aquella época deben recordar la estrategia política predominante en la izquierda de entonces de las famosas etapas de liberación nacional y de unidad nacional. Pues bien, con el apoyo de los nacionales a las nacionalizaciones en la minería, aquella línea parecía confirmarse y se sacaron conclusiones políticas en tal sentido. A poco andar, todas esas ilusiones se hicieron trizas y de ello se tratará en otra parte. Pero lo esencial de asunto a destacar es que los nacionales con aquel gesto político mostraron su versatibilidad y la flexibilidad que requerían las circunstancias. Para ellos se trataba de hacer una oposición, pero no era cualquier oposición la que se iniciaba. Se trataba de ir de menos a más, de iniciar un proceso opositor e iniciarlo gradualmente. No es que habían decidido actuar frontalmente y desde la partida. Sabían que en la oposición, las potencialidades de crecimientos era un terreno fértil que debían cultivar antes de cosechar. Había que incorporar a toda la democracia cristiana al carro opositor. Había que hacer una política de alianzas inteligente, gradual, progresiva, partiendo de un punto mínimo y llegando a un punto máximo.

Puede confirmarse y tener certeza de que los nacionales actuaron cuidadosamente, por decir lo menos: una muestra significativa de que las relaciones entre Allende y círculos de la Unidad Popular con el mismo Sergio Onofre Jarpa eran algo fluidas, está en el relato que hace Augusto Olivares, asesor de Allende, sobre el rol que jugó Jarpa en el reconocimiento del triunfo de Allende la misma noche del 4 de septiembre de 1970.

El Ministerio del Interior no entregaba los resultados finales y en el comando alessandrista existía la certeza de la derrota de Jorge Alessandri Rodríguez. Este último estaba en su departamento, con algunos familiares y junto a un anticuado receptor de radio. El comando alessandrista principal funcionaba en una casa situada junto a los edificios llamados las "Torres de Tajamar", en los faldeos del denominado barrio alto de Santiago. El lugar era llamado para los efectos políticos internos "La casa de Irene”.

Mientras Salvador Allende se reunía con los dirigentes de los partidos de la UP para preparar una táctica para los acontecimientos que se precipitarían, Alessandri aguardaba una información. De esta última me habló Onofre Jarpa, en esa época presidente del partido de ultraderecha Nacional, en un almuerzo que se hizo en casa de un amigo común a pedido del político alessandrista. Jarpa me dijo que al anochecer el Ministro del Interior de la época, el médico Patricio Rojas, de militancia democratacristiana pero por sobre todas las cosas pronorteamericano y hombre de confianza de Freí, llamó a Alessandri para decirle que "había ganado por un estrecho margen a Allende". Jarpa agregó que Alessandri lo telefoneó al comando para contarle lo que le había dicho Rojas a lo cual el presidente del PN le repuso que la "información es falsa", porque el vencedor "es Allende".

Esta versión de Jarpa la comprobé posteriormente en investigaciones realizadas dentro del freísmo y del alessandrismo.
(Fuente; Artículo titulado "El pensamiento del Comandante en Jefe del Ejército,
General Rene Schneider". Escrito por Augusto Olivares, quien fuera amigo y estrecho
Colaborador de Allende; Tomado del libro "EL CASO SCHNEIDER... operación alfa".
Editorial Quimaníú. Esta versión del documento ha sido consultada en el portal de
Internet que tiene la organización: ChileVive.cl.)

El Jarpismo entonces, en aquellos momentos contaba con cierto crédito y alguna confianza de "espera" y aletargamiento en el palacio de La Moneda con Allende ya instalado en la presidencia, lo que contribuyó a que cuando el jarpismo hiciera su declaración sobre las FF AA., no causara mayor escozor al interior de la izquierda y pasará prácticamente inadvertida,...para la izquierda y para desgracia de los trabajadores.

Por lo demás, en una entrevista algo autobiográfica que apareció en Chile después de los 30 años del golpe, Jarpa le confiesa a la periodista Arancibia Clavel, que él mismo tuvo comunicaciones algo fluidas con Allende sobre todo en aquellos críticas semanas primaverales de septiembre octubre del 1970 y en los primeros meses del gobierno de la UP. Relata incluso una proposición hecha por el presidente para que él hiciera ciertas gestiones ante los norteamericanos. Se recomienda el artículo de Olivares citado más arriba, en el que se toca temas que han sido mencionados en este trabajo. Habida cuenta del tiempo transcurrido y del desarrollo de los hechos y la información que por distintas fuentes ha salido a la luz estos años, resulta hoy hasta divertido, si no irónico, hacer los inevitables contrapuntos.

Por ahora, se trata de dejar establecido que la declaración de los nacionales aquel septiembre de 1971, pasó piola, y los analistas políticos en la izquierda ni siquiera le dieron bola, pasando por alto todo aquello que los nacionales expresaron, al estilo de los nacionales dirigidos por Sergio Onofre;

NO SE TRATA DE HACER INTERVENIR A LOS MILITARES EN LA POLÍTICA.
SINO DE HACER UNA POLÍTICA DENTRO DE LA CUAL SE CONSIDERE LAS NECESIDADES DE LA DEFENSA Y DE LA SEGURIDAD NACIONALES.

Es decir, para los nacionales, se trataba de hacer una política en la cual se considere las necesidades de la defensa y la seguridad nacional. En otras palabras, se trataba de hacer una política que considerara las necesidades de los militares. No había que meter a los militares en la política. Sólo bastaba con hacer una política que considere las necesidades militares.