lunes, 17 de agosto de 2009



Bolívar y la formación de la Patria Grande.
Escrito por Movimiento Bolivariano
martes, 11 de agosto de 2009



“Para nosotros, la patria es la América”.

Simón Bolívar.


Proclama a la División de Urdaneta en 1814


1. Rendimos homenaje a Simón Bolívar en su natalicio número 226. En esta oportunidad destacamos una vez más el proyecto de La Patria Grande que impulsó desde los albores de su acción libertadora, al considerar que empezar en Venezuela era poner la piedra fundamental de la libertad Sur americana. (Caracas, 1811). La historia le compensaría. Años después lo dijo con otras palabras: “La reunión de la Nueva Granada y Venezuela es el objeto único que me he propuesto desde mis primeras armas: es el voto de los ciudadanos de ambos países y es la garantía de la América del Sur.” (Congreso de Angostura, diciembre de 1819). Proyecto que orienta hasta hoy, con Manuel Marulanda Vélez.

Aquí nos proponemos introducir el legado del Libertador sobre la formación y construcción de La Patria Grande. Por una parte, él muestra en éste tema un gran conocimiento histórico conceptual del proceso de formación de los Estados y, por otra parte, los avances de su campaña le permitieron verificarlo en la práctica. En batallas y discursos entonces, siempre está una lección sobre el asunto.

La categoría de formación y la construcción del Estado o de cualquier otra organización similar en términos políticos y territoriales, ha sido utilizada para analizar los procesos de larga duración con los cuales se constituye el monopolio, el control y la institucionalidad del Estado. La categoría resulta útil, pues entra en la reflexión sobre unidades territoriales y fronteras perfiladas por la guerra, la economía, la naturaleza, siempre en una perspectiva histórica y cultural; a lo anterior se suma la definición del adentro y el afuera de la escala territorial y las relaciones de coordinación en ambas direcciones. El otro concepto útil es la distribución territorial del poder, pues luego de centralizarlo, comienza un proceso de “descentralización”, de distribución del poder hacia abajo, hacia adentro y hacia los actores y las escalas subestatales. En tal distribución hay diferentes “motivaciones” y “obligaciones” que así lo demandan, configuradoras de la estructura estatal, la administración, las funciones de las escalas menores y la participación popular.

En este sentido, Bolívar ofrece tanto en ideas como en acción, enseñanzas con respecto a la lucha por la construcción de La Patria Grande, vigentes en esta coyuntura marcada por la integración de organizaciones revolucionarias en el continente y por la reacción del imperialismo y las oligarquías. Lo que sigue entonces, es una síntesis apretada de su legado presentada con el propósito de rendir homenaje, invitar a los estudios bolivarianos y a continuar con el proyecto de segunda independencia.

2. En primer lugar, en muchas oportunidades el Libertador, con el estilo que lo caracteriza, delimita el territorio teniendo en cuenta aspectos naturales y geográficos; es el caso de la Carta al General Páez en 1825: “Ya me tiene usted comprometido a defender a Bolivia hasta la muerte como a una segunda Colombia: de la primera soy padre, de la segunda soy hijo: Así mi derecha estará en las bocas del Orinoco y mi izquierda llegará hasta las márgenes del Río de la Plata. Mil leguas ocuparán mis brazos, pero mi corazón se hallará siempre en Caracas.”

Marcado y deslumbrado por las riquezas naturales, él plantea incluso un antiguo y un nuevo mundo y con ello diferencia un adentro y un afuera. Refiriéndose a la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, dice: “me siento arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos, que la naturaleza había separado, y que nuestra Patria reúne con prolongados, y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana: ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro: ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo: ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuan superior es la suma de las luces, a la suma de las riquezas, que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el Trono de la Libertad, empuñando el cetro de la Justicia, coronada por la Gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno.” (Discurso de Angostura, 1919)

En segundo lugar, ayer como hoy la Patria Grande se construye con espada y fusil. Es la guerra de descolonización, de liberación e independencia la que perfiló y está perfilando el Nuevo Poder regional. En ese sentido, la guerra ratificaría la unidad territorial que la naturaleza había creado y que el Pueblo había decidido acompañado de la historia y de la cultura.

En el discurso de Angostura en 1919, el Libertador sostiene explícitamente el grande estado y la participación de la guerra en ese proceso de integración para referirse a la reunión de la Nueva Granada y Venezuela; de esta dice, que “La reunión de la Nueva Granada y Venezuela en un grande Estado, ha sido el voto uniforme de los pueblos y Gobiernos, de estas Repúblicas. La suerte de la guerra ha verificado este enlace tan anhelado por todos los Colombianos; de hecho estamos incorporados. Estos pueblos hermanos ya os han confiado sus intereses, sus derechos, sus destinos. Al contemplar la reunión de esta inmensa comarca, mi alma se remonta a la eminencia que exige la perspectiva colosal, que ofrece un cuadro tan asombroso.”

Consecuente con la esperanza de las armas como agujas que tejen La Patria Grande, Bolívar anuncia: “Granadinos: el día de la América ha llegado, y ningún poder humano puede retardar el curso de la naturaleza, guiado por la mano de la providencia. Reunid vuestros esfuerzos a los de vuestros hermanos: Venezuela conmigo marcha a libertaros, como vosotros conmigo en los años pasados libertasteis a Venezuela. Ya nuestra vanguardia cubre con el brillo de sus armas algunas provincias de vuestro territorio, y esta misma vanguardia, poderosamente auxiliada, arrojará en los mares a los destructores de la Nueva Granada. El sol no completará el curso de su actual período, sin ver en todo vuestro territorio, altares levantados a la libertad.” (Angostura, agosto de 1818)


En la preparación del ejército y en los desenlaces de la guerra, el Libertador definió los compromisos que posteriormente serían saldados con los bienes del naciente Estado. Señores. -Refiriéndose al Consejo de Estado les dice: “Los soldados del ejército libertador eran demasiado acreedores a las recompensas del Gobierno, para que hubiese podido olvidarlos. Hombres que han arrostrado todos los peligros, que han abandonado todos los bienes y que han sufrido todos los males, no debían quedar sin el justo galardón que merecen su desprendimiento, su valor y su virtud. Yo, pues, a nombre de la república, he mandado distribuir todos los bienes nacionales entre los defensores de la patria. La ley que fija los términos y la especie de esta donación es el documento que con mayor satisfacción tengo el honor de ofrecer al Consejo. El premio del mérito es el acto más augusto del poder humano.” (Angostura, 1817).

Vicuña Mackenna (citado en Discursos y Proclamas, 2007) resume la variable guerra y su impacto sobre el territorio en la obra de Bolívar: “Desde Cumaná hasta Potosí nada le ha detenido. Ha destrozado virreinatos, ha borrado todas las líneas de las demarcaciones geográficas: ha rehecho el mundo. Quita su nombre a la América y da a la parte que ha hecho suya el nombre de Colón (Colombia), y más adelante decreta el suyo propio su última conquista. Su caballo ha bebido las aguas del Orinoco, del Amazonas y del Plata, las tres grandes fronteras que dio la creación al Nuevo Mundo. Pero él las ha suprimido en nombre de la gloria, esta segunda creación de la omnipotencia... Desciende desde las montañas de Aragua e inunda de bayonetas todos los valles de América, que aclaman sus victorias...”

En tercer lugar, una vez constituido el Estado, luego de centralizar el poder, comienza una fase (o simultáneamente se presenta) la instalación de autoridades en los territorios y la creación de órganos que finalmente se convirtieron en la institucionalidad de administración y representación. En ese sentido, nuestro homenajeado sostiene que “Para salvaros de la anarquía y destruir a los enemigos que intentaron sostener el partido de la opresión, fue que admití y conservé el Poder Soberano. Os he dado leyes; os he organizado una administración de justicia y de rentas, y, en fin, os he dado un gobierno. ¡Ciudadanos! Yo no soy el soberano. Vuestros representantes deben hacer vuestras leyes; la hacienda nacional no es de quien os gobierne. Todos los depositarios de vuestros intereses deben mostraros el uso que han hecho de ellos…Anhelo por el momento de trasmitir este poder a los representantes que debéis nombrar; y espero, ciudadanos, que me eximiréis de un destino que alguno de vosotros podrá llenar dignamente, permitiéndome el honor a que únicamente aspiro, que es el de continuar combatiendo a vuestros enemigos, pues no envainaré jamás la espada mientras la libertad de mi patria no esté completamente asegurada.” (Caracas, enero de 1814)

Esta “segunda fase” de la formación del Estado, nuestro orador la precisa así: “¡Legisladores! El tiempo de dar una base fija y eterna a nuestra república ha llegado. A vuestra sabiduría pertenece decretar este grande acto social y establecer los principios del pacto sobre los cuales va a fundarse esta vasta república. Proclamadla a la faz del mundo y mis servicios quedarán recompensados.” (Congreso de Angostura, diciembre de 1819).

Segunda fase entre comillas para precisar que no es una fase detrás de lo otra, sino que existe la posibilidad de las simultaneidades. En la incansable lucha bolivariana, una vez definida la Constitución que es un cuasi acto fundante del nuevo Estado, Bolívar siguió la Campaña Libertadora. En el discurso ante el Congreso de Cúcuta en 1821 sostiene: “La constitución de Colombia será junto con la independencia la ara santa, en la cual haré los sacrificios. Por ella marcharé a las extremidades de Colombia a romper las cadenas de los hijos del Ecuador, a convidarlos con Colombia, después de hacerlos libres.”

A éste momento pertenece la distribución espacial del naciente poder político; la distribución político administrativa está presente en las ocupaciones del Libertador como podemos ver en la siguiente cita: “La ciudad de Angostura será provisoriamente la residencia y capital del gobierno de Venezuela. Permanecerán, pues, en ella, hasta que la capital de Caracas sea libertada, los Consejos de Gobierno y Estado, la Alta Corte de Justicia y la comisión especial para la repartición de los bienes nacionales entre los militares del ejército libertador.” (Angostura, noviembre de 1817 ante el Consejo de Estado). Lo mismo sucedió cuando definió otras capitales de la Gran Colombia.

Para terminar, la actual coyuntura de Nuestra América le ofrece continuidad a la misión del Libertador. Por un lado, las agresiones imperialistas ubicándose espacial y estratégicamente para su actividad bélica. Parafraceando al Libertador, Estados Unidos continua plagando de males nuestro continente y todo el mundo. De la misma manera es apoyado con oligarquías criollas que ahora sirven de bases militares y de golpistas a la vieja ultranza. En asocio con el fascismo local, el imperialismo utiliza todos sus medios violentos para controlar la independencia. Una prueba más nítida es el Plan Colombia.

Pero por otro lado, están los Comuneros resistiendo. Están los ejercicios de integración de los gobiernos autodenominados de izquierda y bolivarianos. El tránsito de Coordinadora a Movimiento Continental Bolivariano. La convocatoria de diferentes movimientos sociales y políticos para ofrecerle sentido y cobertura continental a sus expresiones orgánicas y reivindicativas. Está la heroica resistencia armada de las FARC-EP. Todo esto hace parte de la formación y construcción de La Patria Grande que se va perfilando con la organización y el combate de los desposeídos. Y lo que no, hay que orientarlo hacia allá. Vacilar es perderse”. La vigencia del pensamiento y obra de Simón Bolívar, se ratifica en todos estos procesos del Sur. Cada mujer y cada hombre que levanta su brazo contra el imperialismo, por el bienestar y la felicidad del Pueblo, representa el legado bolivariano.

¡¡¡Con Bolívar, Con Manuel, Con el Pueblo, al Poder!!!

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